DESCRIPCIÓN DE TU IMAGEN DESCRIPCIÓN DE TU IMAGEN DESCRIPCIÓN DE TU IMAGEN DESCRIPCIÓN DE TU IMAGEN

miércoles, 9 de noviembre de 2016

Los primeros años de Picasso

El despertar del genio de la pintura del siglo XX

Picasso es uno de esos personajes que puede no gustarte o que estés ya hasta el moño de escuchar. Pero antes de empezar a leer su vida y su obra hay que tener claro una cosa: la importancia de la obra de Picasso no reside tanto en ella misma sino en la repercusión que tuvo para otros artistas y por lo tanto para todo el arte posterior. Un ejemplo notable es Pollock, quien repetía una y otra vez que debía superar a Picasso la obsesión de muchos artistas. Y es que el malagueño rompió con lo anterior, creó nuevas técnicas y puso los cimientos para todo lo que vendría después. Y esta es la base picassiana, porque todo el mundo miró a Picasso y a día de hoy seguimos utilizando su obra como referencia.

Picasso pintando El Guernica, por Dora Maar, Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía

Antes de la llegada del modernismo y la llegada de Picasso hay una situación muy compleja en España: no había galerías de arte, no había mercado y el único sistema de exposición eran las Exposiciones Nacionales que eran el certamen periódico (bienal) más importante del país. Eso explica que algunos de los primeros datos públicos de Picasso que tenemos hagan referencia a su interés por exponer en este concurso. Seguía establecida la idea de que si un artista quería triunfar sería en las exposiciones, donde estos se ponían al lado del cuadro para defender lo que pintaban y para entrar en contacto con posibles compradores. Hasta 1970 hubo este tipo de exposiciones que eran entendidas como la posibilidad de ganar dinero y tener encargos. Cuando Picasso llegó sólo existían las Academias de Arte que surgen con Goya las cuales tuvieron buena salud porque el concepto de arte era aquel que garantizaba que, adquiridos unos conocimientos, se tendría éxito. Picasso sólo conocerá las galerías de arte cuando llegue a Barcelona, donde hace sus primeros encuentros con  el arte parisino. El arte en el mundo, durante el S. XIX, vio como el interés pasaba de Roma a París hacia los años 80. Roma no interesaba nada y muchas de las Academias dejaron  de becar alumnos para ir a París en lugar de a la ciudad eterna. 
Lo que se pintaban eran unos géneros muy determinados durante siglos como la pintura de historia. Este tipo de pintura era  muy importante  en una  España en crisis que  muchas veces se planteaba su unidad. La pintura de historia era el único género que podía educar a la sociedad, enseñar las virtudes que nos  enseñan a ser mejores ciudadanos. Sólo al final del S.XIX aparecen temas un  poco más conflictivos como las huelgas. El  paisaje y el bodegón también fueron temas muy importantes que luego tuvieron influencia en Francia con el impresionismo. Para Picasso fue importante el paisaje  porque describe en el medio en el que estamos. Por supuesto no podemos olvidar el retrato con toda la carga de memoria, recuerdo e historia,  de los cuales Picasso hará al estilo del Greco de  toda su familia.
Entre  Goya y Picasso se sucedieron grandes  artistas como por ejemplo Eduardo Rosales: pintor académico con obras como El testamento de Isabel la Católica en 1867 o la Muerte de Lucrecia (1867). El otro español importante es Mariano  Fortuny con obras como La batalla de Wad-Ras (1860), La vicaría (1870), o Desnudo en la playa de Portici (1874) que rompe todas las normas.  Los dos marcan un ejemplo de modernidad.


Desnudo en la playa de Portici, Mariano Fortuny, 1874
   Pasaban las décadas y se seguía haciendo pintura de historia como La rendición de Bailén (1864) de José del Alisal, donde se ve la huella de Velázquez. Francisco Pradilla, más de diez años después, hace Doña Juana la Loca en el que se va colando la modernidad en la forma de pintar el humo, pero se mantiene la “máquina”. Siempre historias gloriosas de España, un país con el desastre del 98. Esta pintura empezó a declinar a finales de los años 90 en beneficio de la pintura “lacrimógena” como vemos con Antonio Gisbert con Muerte de Torrijos (1888). Se tocaba la tecla sensible del público burgués y se conseguía la venta. Torrijos había sido ministro y a la vuelta de Fernando VII fue ejecutado por sus ideas modernas, por lo que vemos algo de carga política. Después llegará Casas con Garrote vil (1894) que intenta concienciar de las injusticias. Tampoco nos vamos a enrrollar mucho más en esto, ya que tenéis nuestra entrada sobre arte español de principios de siglo XX para poder completar toda esta información. 

Garrote Vil, Ramón Casas, 1894. Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía
Picasso se llamaba en realidad Pablo Diego José Francisco de Paula Juan Nepomuceno María de los Remedios Crispín Crispiniano y Santísima Trinidad Ruiz y Picasso. Nació casi muerto un 25 de octubre en una familia de origen italiano que había tenido lazos familiares con un general español. Su padre era pintor y profesor en la Escuela de San Telmo en Málaga. Desde el principio su padre le convence de que la técnica es algo fundamental y de que la Academia es válida, por lo que encontraremos cuadros del joven Picasso impecables. Su padre le presentó algunos compañeros de profesión como Bernardo Ferrándiz y Antonio Muñoz Degrain. Vivía de muchos encargos de pintura de S. XVIII como bodegones. En 1892 la familia se traslada a La Coruña y es cuando empieza a estudiar en la Escuela de arte y oficios Eusebio  de Aguar donde comienza a hacer dibujos de toros. Por entonces, con aproximadamente 13 años, pintará Muchacha de los pies descalzos (1895) o El hombre de la gorra (1895) que pertenece al género lacrimógeno de la época y que desarrollará al principio de su carrera. Un  primer cuadro importante es Autorretrato mal peinado (1896), que será cuando se traslade la familia a Barcelona, un triunfo personal.


Autorretrato mal peinado, Pablo Picasso (1896)
La muchacha de los pies descalzos, Pablo Picasso (1895)

Barcelona acababa de modificar sus sistemas de estudios porque habían  pasado todos los futuros modernistas. Es inscrito en La Lonja, aunque pasa poco tiempo porque parece que no le interesaba casi nada de la enseñanza seguía siendo muy tradicional. Entró en contacto con el Modernismo y fue viendo exposiciones de otros para modificar su propio arte. En La Lonja él veía sólo modelos masculinos, normalmente vagabundos, pero le interesaban los modelos femeninos y podemos ver un en diferentes estudios que hizo. En 1896 su padre le lleva a la Exposición de Arte e Industrias de Barcelona y a partir de ese año empieza a centrarse en retratos de su familia que son de experimentación. Es inagotable el primer Picasso y ve en El Greco una especie de predicación como en Cabeza de hombre al estilo de El Greco (1899).


Cabeza de un hombre al estilo de El Greco, Pablo Picasso (1899)
Cuando se presenta en 1896 al concurso con el cuadro La primera comunión (1896), fue con un tema elegido por el padre, ya que sabía que de esta manera ganarían muchos más puntos delante del jurado. Finalmente no gana el concurso, pero le permite conocer qué se está haciendo y a la vez establecer contacto con algunos de los artistas que hemos mencionado antes. Ya estaba dentro del panorama artístico y sólo con 15 años.
La primera comunión, Pablo Picasso (1896)
La experiencia anima al padre que quiere presentarle a La Exposición Nacional de Bellas Artes. Seguramente fue su padre de nuevo quien la convenció de recurrió nuevamente a la pintura lacrimógena, pintura de burguesía y de hipocresía que tendría mucho éxito hasta 1910. Una madre enferma con un niño dado a la caridad que es atendida en su último momento por el médico: Ciencia y caridad (1897). La única pincelada antiacadémica que se permitió fueron unos chorreones de pintura que salen del cuadro. Éste recibió un premio menor que es la que anima al padre a mandarle a la Escuela de San Fernando en Madrid. Picasso no fue a las clases y se pasó el tiempo en El Prado entre El Greco, Velázquez y Goya. En 1898 se va, porque no le gustaba el ambiente ni la ciudad yéndose a Orta de Ebro.


Ciencia y Caridad, Pablo Picasso (1897)
Regresa a Barcelona cuando se ha puesto en marcha la maquinaria modernista. En 1897 se funda Els quatre gats, gracias a Miquel Utrillo, Manuel Jirón y Ramón Casas. Allí conoce a Mir, Casas, Rusiñol, Tomel, los Pichot y a los jóvenes Casagemas, Sabartés y Fernández de Soto, uno de sus primeros clientes. Se separa de su familia y de sus padres, va a clases alternativas dejando la Lonja, deja de firmar como Pablo Ruiz Picasso y empieza a vivir solo. En Els quatre gats decide diseñar una imagen para el menú. Se autorretrata con la parafernalia de los jóvenes bohemios e intenta combinar texto e imagen al modo publicitario, aunque no consigue el efecto deseado. En este momento el grupo está nervioso porque una sala va a organizar lo que puede ser una exposición importantísima de Casas que fue un éxito, pero rápidamente surge la reacción de Picasso que construye en pocos meses un mundo parecido e inaugura una exposición propia con 150 retratos de tamaños pequeños. Dibujos del mismo tipo consigue que se empleen para ilustrar prensa.
Menú del Els quatre gats, Pablo Picasso (1897)
Hasta 1904 va a hacer cuatro viajes muy intensos a París. La primera vez se aloja, junto a algunos colegas, en casa de Isidre Nonell. En este momento está trabajando en dar vertientes de color: gamas frías o gamas cálidas. Lo que más le sorprende a Picasso de esta ciudad son las parejas besándose en la calle, tema que se convierte para él en paradigma de modernidad. Lo refleja en Los amantes de la calle (1900), muy influido por el noruego Edvard Munch. La temática sexual también aparece en El diván (1899). Ve mucho arte postimpresionista y lo refleja en El Moulin de la Gallette, que está claramente inspirado en Renoir. Cuando dos años después Casas publica con la misma temática, nos damos cuenta de que se ha quedado atrás y Picasso avanza hacia la modernidad


Los amantes de la calle, Pablo Picasso (1900)
El Moulin de la Gallette, Pablo Picaso (1901)
Picasso vuelve a Málaga y luego se traslada de nuevo a Madrid. Visita mucho El Prado y comienza a hacer sus primeros grabados. Contacta con Fransesc O’Asis Soler, un aspirante a escritor fascinado por la Generación del 98 que quiere iniciar una revista sobre ese estilo. Picasso se convierte en el segundo pilar de la publicación Arte joven. Tendrá un preliminar y cinco números copiando a Pél i ploma. Consiguen la colaboración de artistas como Isidre Nonell o Ricardo Baroja. La revista no se vendió, pero llamó la atención en el círculo modernista.. Estando en Madrid recibe la noticia del suicidio de su amigo Casagemas, que le lleva a reforzar sus ideas sobre la existencia y la muerte. Pinta entonces Mujer de azul (1901), que abandona en un almacén de Madrid hasta que en 1954 el historiador Enrique La Fuente Ferrari lo encuentra. Se ha planteado que el cuadro tuviera que ver con el carnaval, mientras que otras teorías apuntan a que era una prostituta. Sin embargo, hay una tesis que dice que Picasso no utilizó un modelo para este cuadro, sino que es una mujer inventada.


Dibujo para la revista Arte Joven, Pablo Picasso
Mujer de azul, Pablo Picasso (1901). Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía
El segundo viaje a París es el del año 1901 a enero de 1902. Allí conoce a un catalán, Petrus Mañach, que se convierte en su  mecenas, el primer representante comercial de Picasso en París. Consigue que uno de los grandes galeristas le haga un pequeño hueco (A. Vollard). Picasso no tuvo en la galería ningún éxito. En 1901 también conoce a Marc Jacob, gran figura del arte europeo que influye a Picasso en cuestiones de la Cábala y el tarot, que se refleja en su etapa azul. Contacta con artistas franceses y forman la Banda Picasso. 1901 es un año muy prolífico y algunas de sus obras estuvieron en la galería de Vollard. Encontramos La bebedora de ajenjo o Can-can francés. Del mismo estilo con La cortesana y Mujer con collar de gemas, que son más conservadores. En Arlequín acodado (1901) ya vemos la introducción al mundo del espectáculo circense. Vemos temas que luego aparecerán como los niños y las palomas que se ven en  El niño con la paloma. Se hace también autorretratos con un estilo distinto a los anteriores como Yo Picasso


Bebedora de ajenjo, Pablo Picasso (1901)
Can- can francés, Pablo Picasso (1901)

Mujer con collar de perlas, Pablo Picasso (1901)


Arlequín acodado, Pablo Picasso (1901)
Niño con paloma, Pablo Picasso (1901)

Yo Picasso, Pablo Picasso (1901)

Y así comienza a dar vida a su figura Picasso. Lo demás ya os lo contaremos en otra ocasión.

No hay comentarios:

Publicar un comentario