Escuelas del Budismo, el Budismo Theravada
Hace un tiempo dedicamos una entrada a la historia y algunos conceptos básicos del budismo, pues bien, hoy vamos a ahondar un poco más centrándonos en una de sus escuelas, el Budismo Theravada. Os recomendamos que aprovechéis para repasar la anterior entrada o para que la leáis por primera vez si no lo habéis hecho para que no os perdáis nada.
La escuela budista denominada Theravada (Stharviravada) es la única heredera del budismo originario, ya que las demás derivan de la rama Mahayana (Mahasanghika). Una de sus principales características es el uso de la lengua sagrada, el Pali, idioma indoeuropeo emparentado con el sánscrito. Por esta misma razón, el canon de escrituras sagradas aceptadas por el Budismo Theravada es conocido como el Canon Pali. El principal área de influencia de esta escuela es Sri Lanka, Tailandia, Birmania, Camboya y Laos, países en los cuales tuvo protección gubernamental, excepto en época colonial y casos como el de los Khermeres Rojos en Camboya. A día de hoy el Theravada cuenta con bastante vitalidad y, además de tener monasterios en Europa y Estados Unidos, está experimentando una nueva expansión en zonas de Malasia, Singapur o Indonesia.
La escuela budista denominada Theravada (Stharviravada) es la única heredera del budismo originario, ya que las demás derivan de la rama Mahayana (Mahasanghika). Una de sus principales características es el uso de la lengua sagrada, el Pali, idioma indoeuropeo emparentado con el sánscrito. Por esta misma razón, el canon de escrituras sagradas aceptadas por el Budismo Theravada es conocido como el Canon Pali. El principal área de influencia de esta escuela es Sri Lanka, Tailandia, Birmania, Camboya y Laos, países en los cuales tuvo protección gubernamental, excepto en época colonial y casos como el de los Khermeres Rojos en Camboya. A día de hoy el Theravada cuenta con bastante vitalidad y, además de tener monasterios en Europa y Estados Unidos, está experimentando una nueva expansión en zonas de Malasia, Singapur o Indonesia.
Los textos sagrados del Budismo Theravada
Como ya hemos dicho se conocen como el Canon Pali y en ese idioma su nombre es “Tripitaka”, que significa “tres cestos” porque se dividen en tres secciones:
-Primera sección: denominada Sutta Pitaka, contiene los discursos atribuidos a Buda y algunas poesías religiosas.
-Segunda sección: llamada Vinaya Pitaka o regla monástica. Esta consta de cuatro partes llamadas:
1. Reglas particulares de los monjes.
2. Reglas particulares de las monjas.
3. Reglas generales importantes.
4. Reglas generales secundarias.
Las dos primeras desarrollan una amplia casuística(chupito) de faltas, delitos, crímenes y castigos con los que se deben penar a los que infligen las normas. Por su parte, las dos últimas son preceptos de situaciones diversas de la vida monástica, como la ordenación, la vestimenta o las ceremonias.
-Tercera sección: Abhidhamma Pitaka, cuyo significado es “cesto de la doctrina profunda”. Es el más antiguo de los tres cestos y el único que no es compartido por las demás escuelas del budismo, sólo por una más, la Servastivada, del Norte de la India. Resumiendo, se trata de un conjunto de obras de carácter filosófico datados entre el siglo III a.C. y el III d.C. Su intención es la de plasmar en un lenguaje técnico las ideas y doctrinas que aparecen en los otros dos pitakas. La mayor parte de la obra pretende desarrollar una teoría sobre los elementos que constituyen la realidad y de como llegamos a percibir esa realidad de la manera en la que la hacemos. Es decir, un tratado filosófico en toda regla.
Los dioses del budismo
Uno de los tópicos más repetidos sobre el budismo es el que afirma que se trata de una religión atea. Hablando del Budismo Theravada esta premisa es cierta teniendo en cuenta de que no se habla de un dios creador del universo, ya que de haberlo habría que cargarle con la responsabilidad del sufrimiento del mundo. Pero que no exista un dios creador no implica que no existan dioses en el budismo. De hecho, como ya hemos dicho en la entrada anterior, Buda acepta los dioses de la religión védica como propios. Pero en el budismo los dioses no son como estamos acostumbrados a entenderlos, ya que se trata de seres sensibles como cualquier otro a los que les suceden cosas ajenas a su voluntad y están inmersos en la rueda de renacimiento y muerte. Este último punto no es anecdótico, ya que quiere decir que un dios, al terminar su vida, renacerá pudiendo volver a ser un dios o no.
Los dioses tienen un principio y un fin, no son eternos, aunque sus ciclos vitales se calculan en millones de años. Del mismo modo tienen más poder que un simple hombre, por lo que son superiores a ellos, e interactúan con los hombre como lo haría alguien de clase alta con alguien de clase baja. Pero más allá de esto, su estatus no es diferente al de cualquier otro ser que forme parte del mundo de los renacimientos (samsara).
Una de las doctrinas básicas es que todos los seres están sujetos a una rueda de renacimiento y muerte. La muerte no es el final, es el paso a otra forma de vida. Se tiende a contemplar la llamada “transmigración” que supondría la existencia de un elemento que pasa y permanece de una vida a otra, sin embargo el budismo niega esto argumentando que esta creencia es una de las fuentes del egoísmo y la manifestación de la ignorancia espiritual. Este punto es el que marca la diferencia entre el budismo y otras religiones como el hinduismo o el jainismo.
La rueda de renacimientos no tiene principio ni un objetivo a conseguir. No se ciñe únicamente a la vida humana, sino que envuelve a múltiples formas de vida por lo que un ser puede renacer adoptando la existencia de otro diferente. Los tipos de forma de vida en los que se puede renacer son:
I. Reino de los que no tienen forma. Se trata de un renacimiento mental
II. Reino de las formas puras. Se divide en cinco planos y cada uno de ellos en otras tres ramas, pero para no liarnos diremos que es donde renacen los dioses superiores y algunos seguidores de Buda.
III. Reino de los deseos de los sentidos. Se puede renacer como dios menor (Deva), como hombre o como dios maléfico (Asura). También como animales, espíritu angustiado o como seres infernales.
De todos estos modos de vida, en el budismo el mejor y más raro es el del ser humano, ya que se considera el tipo de vida más propicio para tomar conciencia del sufrimientos y para entender el dharma y así por liberarse del ciclo de renacimiento y muerte.
Ahora la pregunta es: ¿cómo se decide en qué forma se va a renacer? Pues para dilucidar esto tenemos la ley del Karma que supongo que todos conocemos. Se reduce a que los actos que ejecutes en una vida tendrán consecuencias sobre nosotros mismo, bien en esta vida o bien en las siguientes. A diferencia del jainismo, en el budismo para que un acto tenga consecuencias kármicas es necesario que este se produzca a voluntad, no accidentalmente. En el budismo se enfatiza el hecho de que cada persona es dueña de su destino y este se va conformando según los actos, lo cual requiere ser consciente de la responsabilidad que esto supone ya que no todo lo que pase en una vida es resultado de lo que se hizo en la anterior aunque sí se afirma que lo que se hace en una vida va moldeando la personalidad que condicionará la misma de la siguiente vida. Por otra parte, alcanzar un determinado estado de meditación posibilita el renacimiento en el reino de las formas pura.
El objetivo final del budismo es salir de la rueda de renacimientos, pero esto no exime para que se puedan alcanzar objetivos más modestos, como intentar conseguir un mejor renacimiento, tanto en forma como en el momento que se renacerá, para así garantizarse unas mejores condiciones para poder salir de la rueda. Uno de los objetivos es intentar acumular méritos para poder renacer en el momento en el que aparezca en la tierra el siguiente Buda, conocido como Maitraya, que se encuentra a la espera de renacer.
Las Cuatro Santas Verdades
El budismo lo que busca es la manera de salirse de esa rueda kármica, de poner fin al ciclo de renacimiento y muerte. Para ello debe conseguirse la purificación del espíritu y la manera de alcanzarlo es accediendo al conocimiento de las Cuatro Santas Verdades. Viene a ser una especie de tratado médico del espíritu en el que cada Santa Verdad es un paso hacia la curación espiritual.
Primera Santa Verdad: ¿Qué es la enfermedad? Siddarta Gautama (Buda) dice que la enfermedad es el Dukkha, el sufrimiento y el sufrimiento se presenta en diversas formas: sufrimiento biológico (nacimiento, vejez), sufrimientos emocional, sentimental, etcétera. Además, el Dukkha tiene un sentido más general e importante, la insatisfacción que produce la vida y la frustración que crea en el ser humano el hecho de que la naturaleza de la misma sea inestable y sujeta constantemente al cambio. Lo que produce sufrimiento es la fugacidad de las cosas y de los seres y que nos aferremos a ellos como si fuesen permanentes. El budismo no niega la posibilidad de ser feliz, pero sí afirma que son momentos transitorios y que siempre acaban por generar sufrimiento.
Segunda Santa Verdad: ¿Cuál es el origen del sufrimiento? Siddarta Gautama (Buda) afirma que el origen reside en tres deseos.
1. El placer sensual: que se satisface a través de los sentidos.
2. Sed de existencia: incluye el deseo de uno mismo de trascender a la muerte.
3. Deseo de inexistencia: pretensión de huir de todo aquello desagradable de la vida, en última instancia llegando al suicidio. Este deseo crea sufrimiento ya que provoca una dependencia para el bienestar de las cosas, situaciones y personas que no son permanentes y no contribuyen a la felicidad eterna.
Tercera Santa Verdad: ¿La enfermedad es curable? Ésta es la auténtica meta del budismo, el Nirvana. Aunque para alcanzarlo primero hay que saber qué significa, así que vamos a ello. Se considera al Nirvana como la extinción de las tres llamas que consumen la existencia de los hombres: el apego, el odio y el engaño. Se trataría de algo, una sensación, apacible, más allá del razonamiento y substituiría el dolor por la felicidad. Por definición es lo opuesto al Samsara, a la rueda de renacimientos, ya que alcanzar el Nirvana supone dejar atrás ésta. Pero esto no significa que se alcance el fin de la existencia ni la vida eterna, es algo muy complejo. El Nirvana se puede experimentar de dos maneras, permanente y temporal porque, al fin y al cabo, se trata de un estado mental o de meditación que se alcanza en vida.
La experiencia permanente del Nirvana, conocida como arahat o arhant es la meta de todo budista theravada. En este estadio no aparece ninguna de las llamas anteriormente mencionadas. La figura del arhant y de un buda son casi idénticas con únicamente tres diferencias:
1. El conocimiento de un buda es mayor que el de un arhant ya que el primero recuerda todas las vidas que él quiera mientras que el arhant tiene limitada esta capacidad.
2. Un buda puede conocer lo que quiera del pasado y del presente e incluso predecir el futuro.
3. Un buda es alguien que descubre el dharma en un momento en el que la humanidad lo desconoce, mientras que el arhant sigue las enseñanzas de un buda para llegar al conocimiento.
En cuanto a la experiencia temporal, una vez se consigue experimentar el Nirvana se convierte en alguien que se integra en la corriente pero no alcanza el grado de conocimiento de un arhant. Sin embargo una vez se entra en la corriente se pasa por una serie de estadios:
a) Sotapana: Significa “el que entra en la corriente”. El sotapana renacerá siete veces más y luego pasará a ser un arhant. Su principal característica es la de haber roto las cadenas de la duda y la visión errónea del mundo. Nunca renacerá en algo inferior a un ser humano.
b) Si se sigue profundizando se llega al siguiente estado: Sokadagamin o "el que sólo regresa una vez", como su propio nombre indica sólo renacerá una vez más. ¿Soy el único al que Sokadagamin le recuerda al Skyrim? Bueno, en fin, continuemos.
c) Si se sigue meditando se entra en el Anagamin "el que no retornará". Sólo renacerá una vez y lo hará en el reino de las formas puras, el primero de los que hablamos antes, y en esa existencia deberá destruir la forma más sutil del apego, el ego.
d) Una vez alcanzado el paso anterior ya se convierte en un arhant.
Cuarta Santa Verdad: ¿Cuál es la terapia? La terapia es el óctuplo camino considerado como la “vía del medio”, que transcurre entre el abandono a los placeres sensuales y la autoflagelación. Se le llama óctuplo porque consta de ocho factores:
1. Recto comportamiento que permita ver la realidad tal cual es.
2. Recto pensamiento, libre de deseos sensuales, malas voluntades y crueldad.
3. Recta expresión, libre de mentiras, estupideces y cotilleos
4. Recta acción, absteniéndose de matar, robar o tener relaciones sexuales ilegítimas
5. Recto modo de vida, sin provocar daño a otros seres.
6. Recto esfuerzo, evitando o venciendo el mal.
7. Recta atención, a la hora de contemplar el cuerpo.
8. Recta concentración, controlado la mente, lo que desemboca en un dhyara.
Las dos últimas se refieren a dos tipos de meditación diferentes, clásicos en el budismo, en el que el primero se refiere a la meditación centrada en el cuerpo, las ideas y las sensaciones. De este modo se consigue penetrar en la idea de transitoriedad. El segundo se refiere a una práctica iniciática que consiste en no pensar en nada, limitándose a la concentración para alcanzar la serenidad.
Es una de las doctrinas más llamativas del Budismo Theravada ya que viene a contradecir otras como la ley del Karma. Ésta es una doctrina tardía, que se adopta en el siglo I d.C. Consiste en que los méritos acumulados por una buena acción se pueden transferir a otro ser. Esto se puede hacer de dos maneras:
1. El que hace el buen acto decide transferir los méritos a otro ser y ambos acumulan el mérito.
2. Cuando una persona hace una buena acción, al alegrarse por ella hace que los méritos recaigan sobre lo que se alegra. Te alegras de salvar un gato, por ejemplo, pues el mérito pal gato.
Lo más normal es que la transferencia de méritos se haga en beneficio de los padres, sobre todo en la ordenación del monje, transfiriendo los méritos a sus padres y antepasados.
Y hasta aquí nuestro repaso. Como podéis ver las normas de comportamiento, desglosadas en el óctuplo camino, no distan mucho de las de otras religiones como el cristianismo. Y es que más allá de las creencias espirituales propias de cada una y muchas veces comunes, como la creencia en que lo que suceda en una vida tendrá repercusión más allá de la misma, las religiones aportan normas y modelos de comportamiento que se consideran adecuados para el desarrollo de la sociedad.
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