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jueves, 12 de marzo de 2015

Fenicios y tartesios

La colonización fenicia de la Península y el enigmático reino de Tartessos  


    Este entrada es la primera de las dos que dedicaremos a hablar sobre la colonización fenicia de la Península Ibérica y al pueblo de Tartessos. En la de Historia situaremos en el tiempo a ambas culturas y a explicar su evolución, mientras que en la entrada de Arte que publicaremos a continuación, hablaremos sobre los restos artísticos descubiertos que pertenecen a cada una de las culturas.
   
   Antes de meternos en materia creemos necesario hacer una aclaración acerca de la presencia de comunidades de origen fenicio en terreno peninsular. No se debe ver en esta presencia un control total y absoluto del territorio, al modo del que serán posteriormente las dominaciones romana, visigoda o musulmana. En este caso hablamos de una presencia mucho más superficial que tiene como principal interés el comercio, aunque en algunos casos hay vestigios de relaciones violentas con los pueblos autóctonos. La intención de los fenicios sería la convivencia pacífica para poder abastecerse de las materias primas que estos pueblos podrías proporcionarles. Hecha esta aclaración, arranquemos.



Fenicios, el origen

Mapita muy mono con las principales ciudades fenicias en Oriente


    La cultura fenicia surge en el segundo milenio antes de nuestra era en la orilla oriental del Mediterráneo, en la actual costa del Líbano. Antes de la aparición del pueblo fenicio como tal, esta zona estaría habitada por tribus semíticas de origen cananita, y dada las similitudes culturales y lingüísticas del pueblo de los cananeos con el fenicio pues blanco y en botella. La primera gran ciudad y capital de la cultura fenicia fue Biblos, a treinta kilómetros al norte de Beirut, la actual capital libanesa, que ocuparía este honor entre los años 1200 y 1000 a.C. Se habla de una red comercial entre esta primera capital y Egipto, haciéndose coincidir su caída en desgracia con la ruptura de estas redes comerciales.
   
    El testigo de Biblos sería recogido por Tiro, situada al sur del actual territorio libanés. En el mito de la fundación de esta ciudad nos encontramos como su primer rey a Melkart, principal dios del panteón fenicio junto a la diosa Astarté, dioses que tendrán una importante presencia en las colonias fundadas en el Mediterráneo. Melkart no sería únicamente el fundador de la ciudad, además sería el fundador de la dinastía real. En cuanto a Tiro, nos encontramos una ciudad con dos núcleos, uno en la costa y otro en una isla frente a la misma. La hegemonía de Tiro en esta zona sería estable hasta que el Imperio Asirio (del que se habla mucho últimamente por motivos muy tristes), alrededor del s.VIII a.C, inicia una ofensiva haciéndose con parte de las colonias fenicias de la zona. Y aunque Tiro no es conquistada, pierde parte de su esplendor. Posteriormente (591-572) el famoso rey babilónico Nabucodonosor II asediará y ocupará la parte de la costa e intentará hacerse con la insular. Pese a no tener éxito militar consigue el pago de tributos, información que también nos es aportada en la Biblia, en el relato del profeta Ezequiel.
   
    Pese a las intromisiones externas, Tiro conseguirá sobrevivir y se le supone cierta importancia ya que el propio Alejandro Magno asediará la ciudad insular durante siete meses, haciéndose con ella en el 332 a.C., pasando a cuchillo a todos sus defensores. En esta época la importancia de Tiro en el mundo fenicio sería ya residual, ya que desde el conflicto con los asirios gran parte de la población huiría a una colonia fundada en el s. IX a.C., Cartago, a diecisiete kilómetros de Túnez. Dará lugar a la civilización púnica, heredera de la fenicia a la que sustituirá paulatinamente. Pero esto ya es otra historia que se tratará en su momento, que tiempo tenemos.

   
La colonización de la Península Ibérica

    Hablando ya de la colonización del Mediterráneo Occidental, durante el s.IX a.C. se fundarán colonias en Nápoles (se considera la más antigua), Sicilia y Cerdeña, además de la ya mencionada Cartago. Sin embargo el ámbito que a nosotros más nos interesa es la Península Ibérica, en donde nos encontramos que los primeros vestigios de presencia fenicia se datan en el s. VIII. Por otra parte, las fuentes escritas grecolatinas, como Veleyo Patérculo (s. I d.C.) nos habla de la colonia de Gadir (Cádiz) datándola en el 1100 a.C. Sin embargo esto es materialmente imposible, porque ni hay restos arqueológicos que apoyen esta tesis ni Tiro tendría en este momento capacidad para tener una colonia en tierras gaditanas. Por ello se tiende a ver esto como una primera toma de contacto puntual de carácter comercial.
   
Principales asentamientos en el sur de la Península.
    Se han descubierto un gran número de yacimientos en la Península, bien con restos de asentamientos fenicios o pertenecientes a culturas autóctonas en los que se encuentran restos materiales de origen fenicio. Nos encontramos con ellos en la costa catalana y valenciana, con el ejemplo de una ciudad amurallada en Guardamar del Segura (Alicante), Fonteta, o restos que nos hablan de un control total de la isla de Ibiza. Importante presencia también en la costa andaluza, con asentamientos en Sevilla, Huelva o Cádiz. Otro importante núcleo fenicio se encuentra en Lisboa (de lo que no queda absolutamente nada por haber dejado nunca de ser una ciudad de primer orden ni dejar de construir) y más al norte, como por ejemplo en la ría de Vigo, se encuentran utensilios de origen fenicio en yacimientos. Este último hecho nos habla de que, aunque no se fundasen asentamientos tan al norte, sí que existirían contactos con estas zonas o bien con pueblos que comerciaban con estas zonas.
   
    En cuanto a que pintaban aquí unos señores salidos del Líbano, la respuesta sería una mezcla de necesidad e interés. Necesidad porque la perdida de las colonias y la influencia en oriente a manos de asirios y babilónicos les obligaría a buscar nuevos mercados. El interés se centra en que, en las fuentes escritas de la antigüedad, se habla de una Península rica en metales con los que los fenicios estarían muy interesados en comerciar con plata, oro y cobre. De hecho en la Biblia se nos cuenta que Salomón y el rey de Tiro Hiram I enviarían expediciones conjuntas a “Tarschich”, que tiende a identificarse con el reino de Tartessos (del que os contamos en unos párrafos). Sin embargo los contactos no serían siempre pacíficos, ya que la existencia de recintos amuralladas como en Fonteta nos hablan, lógicamente, de una necesidad defensiva, quizá en los primeros contactos.
   
    Aunque fuera de la Península, hay que destacar la colonización de Ibiza. Se supone que la isla estaba deshabitada, ya que no se encuentran restos anteriores a la colonización fenicia. Fundan una colonia en las proximidades de la actual capital ibicenca y, aunque se intentaron otras fundaciones, esta seguirá siendo el centro de operaciones en la isla. En esta colonia tenemos algo diferente a las que encontramos en la Península, ya que se dedicarían a la explotación del olivo para la obtención de aceite y cereales. Estos productos estarían destinados al comercio con la Península o con la metrópolis, primero Tiro y luego Cartago. El principal yacimiento que encontramos en la isla se corresponde con la necrópolis de Puig de Molins.
   
    La principal red de colonias fenicias en la Península se encuentran en la zona andaluza. Aquí nos encontramos con Toscanos, Chorreras y Morro de Mezquitilla en la zona de Málaga o Almuñécar en Granada. Estos núcleos tendrían un importante número de población fenicia y en las proximidades apenas habría presencia autóctona, por lo que se tiende a pensar que los propios fenicios extraerían las materias primas. Pero esto no es lo habitual, ya que en la zona de influencia de la principal colonia peninsular, Cádiz, salvo la propia colonia principal, los asentamientos secundarios apenas tendrían población fenicia. En esta área de influencia gaditana el principal objetivo sería la relación comercial con el reino de Tartessos, muy rico en metales. Aparte de la propia colonia de Cádiz, el principal yacimiento de esta zona es el Castillo de Doña Blanca, en lo que antes sería una isla frente a la costa del Puerto de Santa María. Por los restos encontrados se supone que sería utilizado este enclave como necrópolis y santuario.


El reino de Tartessos

Área de influencia de Tartessos
    Llegados a este punto, no se puede hablar de fenicios en la Península Ibérica sin hablar del reino de Tartessos. Los orígenes de esta cultura se encuadran entre el s.VIII y IX a.C., pero no se tiene muy claro cual es su verdadero origen. Aunque en un principio su área de influencia se limitaría a la serranía sevillana, con el tiempo extenderán su dominio por toda la actual Andalucía y Murcia, imponiéndose a los demás pueblos autóctonos (bastetanos, oretanos.... y bástulos). De ellos se dice que eran un pueblo muy rico en oro, plata y sobre todo cobre, algo comprensible teniendo en cuenta que controlarían la zona minera de Riotinto y Aznalcóllar. Se encuentran restos más allá de lo que se supone que fue se área de influencia, llegando a encontrar estelas en puntos tan alejados como Zaragoza. Se cree que esto puede ser debido a la existencia de relaciones comerciales entre ambas zonas.

     En cuanto al origen de la cultura de Tartessos, las teorías son diversas. Dos de ellas se refieren a su origen autócono. Una de ellas nos habla de una evolución de un pueblo que tiene sus raíces en el Calcolítico (III milenio a.C.) que alcanzaría su mayor esplendor en esta época. La otra teoría que nos habla de unos pueblos autóctonos que irían adaptando su cultura a los estándares fenicios como consecuencia del contacto. La tercera teoría nos habla de una cultura que sería una completa aportación foránea, por el asentamiento de una tribu indoeuropea en la zona.


    La teoría por la que nos inclinamos es por la que mencionamos en segundo lugar. Consideramos que tiene más sentido que nos encontremos ante un pueblo autóctono que, con motivo de su contacto con los colonos fenicios, fuese cogiendo elementos de esta cultura. Además de la adopción de aspectos culturales es más que posible que esos lazos entre ambas culturas se afianzasen mediante matrimonios mixtos. La intención de esto por parte de los colonos fenicios sería la de asegurarse la amistad de las élites locales y garantizarse el flujo de materia prima, que ellos habían ido a algo más que a hacer amigos.


    Además de los restos arqueológicos, sobre el reino de Tartessos tenemos un importante número de referencias en fuentes escritas. Quizá la más significativa la encontramos en Herodoto, que nos habla del mítico rey Argantonio (que significa hombre de plata) ofreciendo a los foceos establecerse en sus tierras para huir del avance persa. Como los foceos declinan la oferta, Argantonio opta por enviarles materiales para que se construyan una muralla. Dejando a un lado que esto sea cierto o no, lo que si nos asegura es la existencia de un reino lo suficientemente rico como para hacer este tipo de ofrecimiento o simplemente para tener relaciones con la polis de Focea. Otra fuente escrita que vendría a hablar de la importancia de Tartessos sería el historiador romano del s.III de nuestra era, Justino. Habla de un enfrentamiento armado entre la colonia fenicia de Cádiz y Tartessos, disputa que ganarían estos últimos, lo que demostraría su poderío.



Representación del mítico rey Argantonio.

    Sin embargo estas fuentes escritas hay que cogerlas con pinzas, porque son las mismas que nos datan la colonización fenicia alrededor del año 1000 a.C., algo que no se corresponde con los restos arqueológicos. Para lo que si nos sirve es para saber que algún reino o pueblo importante en esta zona tendría que existir si se le daba este tratamiento en las fuentes grecolatinas.


Caída de Tartessos

    Todos los pueblos nacen, algunos tienen su época de esplendor y luego decaen. Obviamente Tartessos no va a ser una excepción. Sobre esto también tenemos diversas teorías, en las que se nos dice que el final de los tartessos se ha establecido en torno al 535 a.C, coincidiendo con la batalla de Alalia, momento en que las fuentes dejan de hablar de Tartessos.


       - Según Schulten Tartessos fue destruida por Cartago entre el 520- 509 a. C como consecuencia de la batalla librada entre cartaginenses y etruscos contra griegos por el control comercial del Mediterráneo (tras la caída de Tiro en el 580 por los asirios). Todo debido a la importancia de la plata de Tartessos (control del comercio).

        - Otra nos habla de que las invasiones célticas provocaron la crisis tartesia.

        - J. Maluquer, basa la desaparición de Tartessos en la estructura política de un reino dependiente de la explotación metalúrgica, y la pérdida del control del producto y su comercialización aceleraría la decadencia del sistema político. Causas internas.

        - Mª E. Aubet inscribe la decadencia cultural tartésica dentro del contexto histórico de abandono de las colonias fenicias en la costa levantina a partir del S. VI (Caída de Tiro), y la pugna entre cartagineses y griego/focenses por el comercio

     - Además de lo anterior, se ha añadido la crisis del sector agropecuario, lo que justificaría la justificaría la colonización de las tierras del interior, es decir, el área de influencia tartésica, precisamente a partir de esta fecha. Está claro que unos enclaves desaparecen y otro cobran fuerza a partir de mediados del. S. VI a. C, motivada por un cambio estratégico en la explotación de los recursos económicos.
    
    Desde aquí opinamos que lo más probable sea que a la caída de Tiro ante Nabucodonosor y su pérdida de la hegemonía en las colonias a manos de Cartago, Tartessos perdiese sus principales socios. Aunque tuviesen acceso a los metales, si no se tiene a quien venderlos mal vamos. Por otra parte la lucha entre cartagineses y griegos haría del Mediterráneo una zona insegura. Pese a la victoria focense en la batalla de Alalia su flota quedaría muy mermada por lo que Cartago tendría vía libre para controlar la zona y primaría los intereses de sus colonias, como Ibiza, sobre las antiguas de Tiro. Además de esto es muy posible que alguna crisis interna ayudase a la pérdida de pujanza de Tartessos, quizá la invasión de pueblos Celtas. Si nada hubiese pasado internamente y Tartessos siguiese teniendo acceso a los metales tan preciados por los mercaderes mediterráneos no tendría sentido su caída.

2 comentarios:

  1. Estaba sufriendo este inesperado giro temporal del blog, que abandona mi querida Edad Media, cuando, de pronto, leo: «invasiones célticas», «pueblos celtas»... ¡Más! ¡Más celtas! ¡El público quiere más! A mí es que los fenicios... Es un pueblo muy interesante y todo eso, pero no sé... me resultan un poco aburridos (igual es culpa de Astérix y Obélix). En cualquier caso, buena entrada. Con rigor y contrastando las fuentes, como debe ser. Tanto que no he visto ninguna mención a la Atlántida... ;)

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  2. Jajaja bueno, giros temporales habrá muchos pero a la Edad Media volveremos, más pronto que tarde. El tema de los fenicios es complicado, porque se tiende a considerar como una cultura "de segunda" pero no deja de ser importante. Obviamente no tiene el atractivo para el público de Grecia, Roma o incluso Cartago.

    En cuanto a los "pueblos celtas".... algo cocinaremos.

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