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martes, 3 de marzo de 2015

Altamira

Mentiras y desmentiras de la Capilla Sixtina española 


"La verdadera revelación del arte primitivo se debe a un
español modestísimo, al caballero montañés don Marcelino 
Sanz de Sautuola, persona muy culta y aficionada a los 
buenos estudios,  pero que, seguramente, no pudo adivinar 
nunca que su nombre llegaría a hacerse  inmortal 
en los anales de la Prehistoria" 
Marcelino Menéndez Pelayo


   Comenzar este blog resulta una tarea altamente dificultosa, y más cuando se abre delante de ti una infinidad de grandes temas. Porque amigos, si hiciéramos caso a la Historia, esta sería muy diferente y creo yo que bastante más aburrida (sí, MÁS aburrida, que ya sé lo que estáis pensando algunos) de lo que es hoy en día. Seguro que esto no lo habíais escuchado nunca, pero es que te pones a pensar un poco y llegas a misma conclusión que gente más lista que tú había llegado hace ya bastante tiempo. Y es que cada generación es una adolescente efervescente de hormonas a la que cuando le dicen, "no hagas eso que te vas a hacer daño" ya sabéis lo que pasa después. Pero es que el Ser Humano es así desde los comienzos más tempranos, lo que nos lleva directamente a Cantabria y su magnífica muestra de pintura rupestre. Casi empezamos por Lascaux, en nuestra querida y a veces no tan querida vecina Francia, pero un sentimiento por defender lo propio se ha apoderado de mí antes de empezar. Y es que escuchando a un buen amigo en su programa de radio (del que también os hablaremos) me di cuenta que todos conocemos los bisontes, pero pocos la historia que rodeó su descubrimiento salvo, quizá, la niña que los vio por primera vez



   ¿Por qué la Capilla Sixtina española? Porque esta es la denominación que se le ha venido dando desde hace ya bastante tiempo. No podemos pensar en Arte, y menos en Arte Prehistórico, sin que en nuestra cabeza aparezca un bisonte. Pero sé que os habéis dado cuenta, he puesto nosotros. Ya sabéis como tienden a ser los franceses ¿no?. Y por si os quedan dudas atentos a lo que pasó hace ya más de 100 años. Pues cuando se descubrió Lascaux los franceses vieron en lo suyo esa misma Capilla Sixtina, y así andamos, en una pelea conceptual con nuestros vecinos para ver quién tiene las mejores pinturas o la tiene más grande, aún no lo sé. El caso es que estas cuevas y sus maravillas impresas en las paredes siguen fascinando a pequeños y mayores, y, a veces, creando un malestar por no poder entrar a verlas cual turistas japoneses. Pero de eso trataremos después. Empecemos por el principio como viene siendo lo habitual, que en esto nos gusta ser tradicionales.


Marcelino Sanz de Sautola, ese gran desconocido

   
Marcelino Sanz de Sautuola
1831- 1888
Como decía Menéndez Pelayo, debemos a Sautola el gran descubrimiento del Arte Prehistórico por lo que su nombre quedará impreso en libros y cerebros estudiosos de nuestra Historia más reciente. Marcelino, aunque Licenciado en Derecho, era un hombre amante de su entorno y, por consiguiente, de las Ciencias Naturales, pudiendo llevar a cabo sus estudios gracias a que pertenecía a una familia burguesa de la zona de Santillana del Mar. Esa misma fortuna le permitió visitar la Exposición Universal de París donde llevó productos agrícolas del país para su muestra. Allí fue donde se interesó por primera vez en lo que se denominaban Ciencias Antropológicas, que abarcaba la Historia Natural y la Geología, amén de otras ciencias de nuevo nacimiento como la Paleontología. Asistió a congresos donde se mostraron útiles líticos y piezas de sílex que guardaban gran parecido con los de su Gabinete de Curiosidades. Porque la gente pudiente en esta época que se apreciara, tenía uno en su casa. Pero suponiendo que alguien no sepa que es un Gabinete de Curiosidades, decir brevemente que se trata de un pequeño museo dentro de la residencia del coleccionista que albergaba objetos de lo más variopintos, naturales o antropológicos, daba igual. De hecho se llegaban a coleccionar cuernos de unicornios, y los útiles prehistóricos no eran menos, aunque se desconocía su utilidad y procedencia.  A su vuelta a España se interesó por la ya fundada Asociación Prehistórica Española, y su interés no hizo más que crecer y crecer llegando a explorar varias cuevas próximas a Santander, por lo que, no sé si estaréis de acuerdo conmigo, pero por muy casual que fuera el descubrimiento de Altamira, Sautuola sabía lo que iba buscando, tonto no era. Parte de su figura ha sido recuperada por sus familiares, entre ellos su nieto Marcelino Botín Sanz de Sautuola y a la Fundación Botín que apuesta por la investigación y recuperación de archivos históricos. Sé lo que estáis pensando, qué casualidad que se apelliden como el difunto banquero, graciosos. Pues sí, efectivamente, el archiconocido Emilio Botín es familiar directo de nuestro querido Marcelino Sanz de Sautuola, cosas de la vida. Ya tenéis una anécdota histórica que contar a vuestros amigos y/o familiares para quedar bien, que al fin y al cabo la Historia también sirve para eso. 


El Descubrimiento


   Había por la zona un señor que las fuentes llaman Modesto Cubillas o Modesto Cobielles Pérez, tejero de profesión y que realizó varios trabajos para Sanz de Sautuola. Modesto, habiendo ido de caza, vio que su perro se había metido por un pequeño hueco hasta una cueva por lo que, sabiendo de la afición del burgués, se lo comunicó inmediatamente para que llevara a cabo sus investigaciones. Pero éste no fue ipso facto, sino que investigó otras cuevas como las de Venta del Cuco, San Pantaleón o la de Cobalejos donde llegó a encontrar restos que evidenciaban que se habían utilizado como habitáculos. 



   "Las de la galería primera no las descubrí hasta el año pasado
de 1879, porque realmente la primera vez no examiné con tanto
detenimiento su bóveda, y porque para reconocerlas hay que buscar
los puntos de vista, sobre todo si hay poca luz, habiendo ocurrido
que personas que sabían que existían, no las han distinguido por
colocarse a plomo de ellas" (Apuntes, p. 23) .

 

María Justina Sanz de Sautuola
1870- 1946

   El propio Sautuola nos dice que no fue hasta 1879 cuando se dio cuenta de la existencia de las pinturas, y esta parte de la historia, la más fantasiosa, es la que mejor nos sabemos. María Justina, María para los amigos, hija del investigador fue la que, después de acompañarle en varias ocasiones, miró al techo y dijo: "Papá, mira: bueyes pintados..." (que no toros como tradicionalmente se ha creído) tras mirar a la bóveda de más de dos metros de altura. Las condiciones en las que se encontraron y la luz de las antorchas no permitieron apreciar en su totalidad el conjunto de pinturas que ocupaban todo el techo. Este hecho que a nosotros nos resulta simpático y bastante esclarecedor en cuanto a la inocencia de una niña que ve por primera vez unas figuras que identifica sin dudar, sirvió para que muchos detractores de la época dudaran de la verdadera antigüedad de las pinturas. 





Portada del libro citado
   Entre las primeras personas a las que comunicó el hallazgo estaban sus amigos Eduardo Pérez del Molino Rosillo, que tenía una farmacia y un laboratorio químico en Torrelavega, y el bibliófilo Eduardo de la Pedraja, descubridores ambos de varias cuevas. De forma escrita, Sautuola informó sobre sus hallazgos, el 8 de agosto de 1879, al historiador Aureliano Fernández Guerra y le comentó que lo descubierto en la cueva, en su opinión, tenía el aspecto de pertenecer a la Edad Paleolítica y que daría cuenta de ello a la Academia. El 17 de octubre de este mismo año escribe de nuevo a la corporación de la Historia. Gracias a este interés por querer informar a las altas instituciones, se derivan sus primeros escritos siendo el más renombrado Breves apuntes sobre algunos objetos prehistóricos. Este descubrimiento no dejó indiferentes a los habitantes de las localidades colindantes, y no fueron pocos los curiosos que se acercaron a la cueva para apreciar con sus propios ojos las pinturas, lo que hizo que el propio Sanz de Sautuola se diera cuenta de que las pinturas estaban sufriendo daños. Él mismo puso una puerta de madera para impedir la degradación de las mismas y el  Ayuntamiento de Santillana del Mar, en 1880, colocó una de hierro. Y ese deterioro marcará el devenir de la cueva en el presente.


La gran polémica de la datación y la autentificación 



"Tales pinturas no tienen carácter del arte de la edad de piedra,
ni arcaico, ni asirio, ni fenicio, y sólo la expresión que 
daría un mediano discípulo de la escuela moderna"
Eugenio Lemus   


Juan Vilanova
1821- 1893
   Sanz de Sautuola fue el primero que no dudó de la autenticidad del descubrimiento, pero no podemos decir lo mismo del resto. Si ya he citado a los curiosos de los pueblos cercanos, llegaron también curiosos de tierras más lejanas como la Familia Real que aprovechó un viaje para pasarse a hacer una visita. Pero aparte de los turistas, pronto empezaron a llamar a expertos y estudiosos para que estudiaran y se pronunciasen acerca de lo que la cueva contenía. Entre ellos estaban Juan Vilanova, Francisco Giner de los Ríos, Augusto González de Linares, Eugenio Lemus, El Marqués de Casa-Mena, El Dr. José Argumosa (he buscado y creo que no tiene nada que ver con don Germán de Argumosa, lo siento chicos), Miguel Rodríguez Ferrer, Ángel de los Ríos y Ríos y Maximiliano Regi. De todos ellos, Juan Vilanova era el mejor preparado del país para hacer una valoración sobre la identidad prehistórica de la cueva. Como era de esperar de un hombre como él, vio enseguida el incalculable valor que allí se alojaba y no dudó ni un sólo momento de Sautuola, llegando a pronunciar varias conferencias en estos términos . 

   Fue durante unas conferencias que se realizaron en Lisboa donde asistentes tan importantes como Capellini, profesor de Bolonia; Cartailhac, de Toulouse, y los prestigiosos prehistoriadores Mortillet, E. Riviére, E Daleau, P. Girod, E. Lartet y Henri Martín, cuando no consiguió convencerles de su importancia y mucho menos de su autenticidad. Este debate se extendió, esta vez con carácter científico, a la Sociedad Española de Historia Natural, donde  se topó con los detractores de la Teoría Evolucionista y el pensamiento religioso que muchas veces no dejaba ver más allá. Tras muchos estudios y visitas de expertos a la cueva, se cerró el círculo de la duda que recayó únicamente en las pinturas, dando por verdaderos los objetos líticos y los grabados que se encontraron. Como las pinturas fueron las que más problemas dieron, se llegó a lanzar la teoría de que habían sido soldados romanos llegados a la Península los que las habían realizado, debido a la ejecución perfecta y el saber hacer del artista. Además, ya sabemos del gusto por el boca a boca entre humanos y más en localidades pequeñas, lo que hizo que los lugareños de Santillana empezaran a hablar y a acusar a Sautuola de falsificar las pinturas cuando vieron entrar en la cueva a un pintor francés llamado Paul Ratier Josse (1832-1896), quien  ayudó a Sautuola después haciéndole encargos de algunos óleos. La polémica estaba servida. 


   

Émile Cartailhac
1845- 1921
   Pero si alguien le causó malos ratos y noches sin dormir a Sautuola fue el francés Émile Cartailhac, quien no sólo le desacreditó nacionalmente sino también internacionalmente por ser Francia una potencia europea de la época. Era muy amigo del ingeniero de ferrocarriles Edouard Harlé, quien tenía toda la intención de venir a España para realizar una serie de excavaciones en Altamira. Con este motivo se dirigió también a Cartailhac enviándole el programa de los trabajos que pensaba llevar a cabo: recogida de materiales, el estudio de las condiciones de la cueva y su deseo de hacer un calco de los dibujos, proyecto del que Sautuola le disuadió ante el peligro de un deterioro de las pinturas. No queremos decir que la rabia de no poder meter su hocico en Altamira le llevara a decir barbaridades de la misma pero... Finalmente sí llegó a realizar investigaciones en la cueva, llegando a mandar material a Cartailhac, pero las pinturas le resultaron demasiado "modernas" en su informe, pasando por encima de la capa de estalactítica de cristales microscópicos que él mismo describía. A partir de este comunicado, Cartailhac no dudó del carácter prehistórico de la cueva y en su libro Les ages préhistoriques de l'Espagne et du Portugal (1886) se refirió a los útiles y huesos con grabados hallados en su interior. En su referencia a Altamira, se basó en Harlé para la fauna terrestre y marina e ilustró, además, esa parte con reproducciones de sílex, arpones, una aguja, etc. Sin embargo, silenció cualquier mención a las famosas pinturas. Por si fuera poco, Eugenio Lemus explicó su experiencia cuando visitó la cueva y, si bien reconoció que el artista del techo había dibujado las figuras con cierta soltura, fue en esta sesión cuando sugirió la teoría de la falsificación al decir que había preguntado a un amigo, vecino de Torrelavega, si cuando tuvo lugar el descubrimiento advirtió la presencia de un pintor mudo. No era otro que Ratier, que había ayudado a Sautuola con una de las reproducciones del techo para su libro. 


"Es imposible dejar de rendir homenaje al observador español:
procede con método, con prudencia y con toda la calma necesaria:
estaba muy al corriente de la ciencia prehistórica, y no hay un
solo error en su trabajo".


E. Cartailhac y H. Breud

   ¡Y por fin llegaron las rectificaciones! Pero murió Sautuola. Murió en 1888 sin el reconocimiento internacional de las pinturas y con el nacional aún debatiéndose, pudiendo afirmar que su interés era casi ya nulo. ¿Entonces qué paso? Pues amigos, lo que pasó fue que los franceses iniciaron investigaciones similares en el sur del país galo descubriendo en 1890 la gruta de Figuier por L. Chiron, en Saint-Martín d'Ardéche; en 1895, Émile Riviére y G. Berthoumeyrou exploran la cueva de La Mouthe (Dordoña) y, al año siguiente, se descubre el primer grupo importante de grabados. En idéntica fecha del 96, Francois Daleau lava las paredes de la cueva de Pair-non-Pair y encuentra un conjunto de grabados, que estaban enterrados por niveles intactos del Paleolítico Superior. Finalmente, en 1897 se descubre por E Regnault y L. Jammes la famosa cueva de Marsoulas, estudiada luego por E. Cartailhac y el abate  H. Breuil. Tienen también lugar los espectaculares descubrimientos de las cuevas de Mas-d'Azil (Ariége) por Breuil en 1901 y en la misma fecha el de Fontde- Gaume por D. Peyrony. La gran riqueza de pinturas policromas, entre ellas de bisontes, obliga a los prehistoriadores franceses a reconsiderar Altamira. El 30 de septiembre de 1902 vinieron a Santillana del Mar Émile Cartailhac y el abate Henri Breuil para visitar Altamira, siendo este último uno de los mayores investigadores de pintura rupestre de la época. En unas declaraciones al diario El Cantábrico, el 6 de octubre de 1902 Cartailhac declaró que la cueva de Altamira era, "con mucho, la más bella y la más admirable. La conservación de sus pinturas y grabados -añadía- es muy satisfactoria. España debe tener a mucha honra protegerla, a fin de que el mundo sabio pueda siempre estudiarla". En 1902 escribió La grotte d'Altamira, Espagne. "Mea culpa d'un sceptique".  Antes la gente si se equivocaba lo reconocía y no pasaba ná.


   Y lo que sigue son numerosas investigaciones por parte de españoles y franceses a parte iguales y la advertencia de un deterioro que preocupaba a todos.



La cueva de Altamira



"Ni en belleza, ni en antigüedad, nada ha podido desbancar
el arte cantábrico. Con Altamira la pintura
 alcanzó una cima que no puede ser ya superada, 
sino sólo ampliada con temas y maneras distintas"
Luis Pericot


   En el Arte Prehistórico el mayor problema al que nos enfrentamos es el cuándo y el porqué. En muchas ocasiones es muy difícil responder a la primera pregunta si no viene acompañado de restos arqueológicos, o de una pátina muy clara que permita algún tipo de datación. Y el porqué es imposible saberlo, en cualquier caso en el que os halléis. No podemos entrar en la mente de personas que vivieron hace tantísimo tiempo y mucho menos tratar de entender unas sociedades de las que no quedan ejemplos a día de hoy por mucho que se empeñen los etnólogos y los antropólogos. Por eso no voy a tratar el significado que pueden encerrar las pinturas de Altamira, porque el hecho de lanzar teorías debe ser fundamentado y en base a rigorosas investigaciones. Pero en mi opinión, si las pinturas tienen un significado mágico, ritual o ancestral nunca lo sabremos al no tener escritos que nos lo expliquen, pero esa es la magia de la Prehistoria. 

   

   La estructura de la cueva es relativamente pequeña: solo tiene 270 metros de  longitud y de un trazado irregular. Presenta una estructura sencilla formada por una galería con escasas ramificaciones. En un principio tuvo una boca amplia que fue derrumbada en época prehistórica, quedando un pequeño hueco. El acceso de la entrada da a un vestíbulo, ligeramente descendente, en cuyo fondo izquierdo se encuentra “La Sala de los Policromos”. Continúa por una galería rectilínea. Posteriormente, se accede a un ancho corredor que desemboca en una sala amplia, conocida como “La Hoya”, que continua por una galería estrecha y sinuosa, denominada “Cola de Caballo”, cuyo fondo se hace impracticable. La mayor concentración de pinturas se sitúa en el techo, siendo una de las características más interesantes junto con la reutilización del espacio. Para un mejor estudio de las salas se hizo un rebaje del suelo, lo que permitía a los visitantes una panorámica más amplia. Lo primero que se observa es el gran número de bisontes de un tamaño bastante considerable aunque también hay animales como ciervos, caballos y otros cuadrúpedos. Todas estas pinturas se concentran en la Sala de los Polícromos, pues a medida que nos adentramos por hueco más estrechos y sinuosos, las pinturas se van simplificando. 



Contorno de manos



Dibujo de significado desconocido



Conjunto de bisontes


Bisonte mugiendo



Bisonte recostado
La cierva

   Pero volvamos al título ¿por qué Capilla Sixtina? Pues porque las pinturas quedan recogidas en una bóveda que en origen no distaba más de dos metros en las zonas más altas y menos de uno en las más bajas. El artista que las realizó tuvo que trabajar en condiciones bastante difíciles, todo ello acompañado de pequeñas linternas de fuego que le ayudarían a alumbrarse, pues en esta zona nunca llegó a entrar la luz natural. Además, las figuras no estás hechas al azar, sino que se utilizaron los abultamientos naturales que ofrece la cueva para dar volumen a la figura. Para que nos entendamos, dar volumen a una figura en pintura lo encontramos en Grecia y Roma, no antes, y eso amigos, es son casi 30.000 años después, lo que no quiere decir que no hubiese ejemplos antes, pero los que hemos encontrado no nos demuestran que se practicara. Todo ello acompañado de un realismo apabullante disuelto en pinceladas de colores rojos, negros (que delimitan el dibujo), amarillos y pardos cabeza, en tronco y extremidades, con señalización de la cornamenta, el pelaje, la giba dorsal, la pezuña y la potencia muscular. ¿Es o no maravilloso que alguien en esas condiciones fuera capaz de realizar semejante maravilla? Quizá, junto a los bisontes, la pintura más destacable es la gran cierva que mide alrededor de dos metros. Decir que todas las figuras realizan alguna acción y no siempre es la misma, pues además de los bisontes mugiendo y recostados que he citado, hay que destacar que podemos encontrar figuras en movimiento, en celo o en parto.    


   En cuanto a la asignación de la obra a un sólo artista, parece que es una teoría que cada vez coge más fuerza. La primera en recogerla fue la gran Matilde Múzquiz Pérez- Seoane, que dedicó toda su vida al estudio de etas pinturas. Ella quiso ver un trabajo que no duraría más de seis meses y una sólo manos en la mayoría de las pinturas, pues otras sí pudieron ser añadidas a posteriori. Además fue unas de las personas encargadas en realizar las réplicas o neocuevas que a día de hoy son las que se visitan. En resumen, todo el conjunto pictográfico de la cueva pone en evidencia la pluralidad de motivos que guarda en su interior, lo que hace de ella un verdadero santuario del Arte Paleolítico. Lo que me recuerda a un artículo donde se afirma que la mayoría del arte rupestre fue hecho por mujeres. Os lo dejo aquí para que vosotros mismos juzguéis.



El deterioro de las pinturas


   El tiempo y el hombre han contribuido paulatinamente al deterioro de nuestro Patrimonio. Al igual que en los museos no nos dejan entrar con las cámaras y/o usar el flash porque se deteriora la pintura, imaginaos cuando los elementos que se han usado son tan frágiles como arcillas, sangre o carbón. La acción del tiempo deteriora de por sí estas pinturas porque nuestros amigos microscópicos se alimentan de la materia orgánica. La cueva estuvo preservada más o menos hasta el momento en el que fue abierta, pero de esto sigue sin tener la culpa nadie, pues si la cueva no hubiera sido sepultada por un derrumbamiento, estaríamos hablando igualmente de un deterioro llevado a cabo por la acción del medio natural. Nosotros intervinimos en el momento en que con nuestro aliento y temperatura corporal subimos la temperatura ambiental del entorno y facilitamos la aparición de esos hongos y animales que se alimentan de las pinturas, además de los flashes. 


   Sé que para muchos, el cierre de la cueva es bastante controvertido ya que a muchos nos gustaría ver esta magnífica obra de arte de primera mano, yo la primera. ¿Pero no creéis que es mejor conservar lo que nuestros ancestros nos dejaron y que puedan disfrutarlo igualmente generaciones venideras pudiendo incluso descubrir cosas que con nuestra tecnología se escapan? Porque si Altamira vuelve a abrir, las pinturas seguirán estropeándose a un paso mucho más rápido de lo que sería normal. Ahora mismo se están llevando a cabo experimentos con científicos que actúan como visitantes, pero unos muy especiales, pues llevan trajes y mascarillas. Con todo esto se está intentando ver el impacto que supondría la visita de algunos turistas y el impacto que tendría a pesar de todas estas precauciones, nunca sin los trajes. ¿Os imagináis teniendo que poneros los trajes para poder visitar la cueva? Yo me pongo plumas si hace falta. Tras años de estudio, el CSIC cree que la consideración más acertada y con las mayores garantías para su conservación es continuar con la actual línea de actuación, es decir, el cierre para que la cueva se mantenga con la menor posible conexión con el exterior. Los científicos afirman que la entrada continuada de visitantes provocaría un nuevo cambio microambiental y nuevos aportes de nutrientes que podrían conducir a una fase de extensión de los microorganismos que dañan las milenarias pinturas de Altamira.


   
Museo de Altamira
Mientras tanto lo que nos queda son las neocuevas o réplicas de la cueva. El conjunto más grande está ubicado en un edificio con muros de piedra natural, situado a 300 metros de la cueva original donde podemos disfrutar de uno de los mayores museos paleolíticos del mundo. La reproducción de las pinturas y grabados paleolíticos fue hecha con los mismos procedimientos y materiales que usaron sus artistas: agua, ocre y carbón vegetal y el relieve de la cueva original fue hecho a base de vaciados. Existen más réplicas, siendo una de ellas la de Madrid (¡toma!) que se encuentra en el recién reformado Museo Arqueológico Nacional, otra en Múnich y la cuarta en Tokio. Las que fueron realizadas a mano fueron las de Altamira y Madrid, mientras que el resto se hizo a base de fotografías. 



   Y hasta aquí nuestra primera entrada, esperemos que la hayáis disfrutado. 

3 comentarios:

  1. «Sé lo que estáis pensando, qué casualidad que se apelliden como el difunto banquero, graciosos». ¡JAJAJAJA! Me has leído la mente. Muy buena entrada. No te lo voy a negar: estaba pensando «Puf, prehistoria, qué coñazo», pero al final se me ha hecho corta. Y además, no sé, Altamira tiene un algo especial. Estoy completamente de acuerdo contigo en que la cueva debe permanecer cerrada hasta que dispongamos de la tecnología suficiente como para no dañarla. Eso sí, si te dan permiso para visitarla, aunque sea con plumas, avisa a este normando, que se pone hasta la corona de Moztezuma si hace falta.

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    1. Efectivamente, el difunto banquero era Bisnieto del descubridor. De hecho, fue su propia abuela la que descubrió los bisontes...

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  2. Vamos en barco vikingo hasta allí cantando éxito de Eurovisión para animar. En general la Prehistoria es dura pero, como dices tu, esto tiene su encanto de alguna manera. Si hay que prostituirse, creo que nos prostituimos todos: la magia de Arte

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