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jueves, 12 de marzo de 2015

Fenicios y tartesios: restos arqueológicos

Restos artísticos de fenicios y tartesos

   Como ya hemos visto en el post anterior, nos encontramos ante dos culturas que se mezclan pero que mantienen sus rasgos propios. Como ya conocemos un poco la Historia y hemos visto el territorio por el que se desarrollan, vamos a ver los restos que quedan, que a través de las imágenes seguro que se os queda todo más asentado y tenéis que echar menos mano a vuestra imaginación para tratar de averiguar cómo eran estas personas. 

Fenicios: principales asentamientos

   La cultura material de las comunidades fenicias asentadas en el Extremo Occidente sugiere que a finales del S. VIII a. C están construyendo una identidad propia, diferenciadas de las tierras ancestrales ¿Hasta qué punto? La construcción de esta identidad que se inicia en el S. VIII a. C y se consolida claramente en el S. VII a. C siendo Cartago el ejemplo más claro. Tras la caída de Tiro, Cartago desarrolló su propia política de fundación de factorías y ciudades en el Norte de África, la Península Ibérica y las Islas Baleares. 



   Cádiz, tierra fenicia
   
La mayoría de los restos arqueológico fenicios los encontramos en la actual provincia de Cádiz, lo que no quiere decir que fueran lo únicos, pero sí los más importantes y que más repercusión han tenido. Por suerte, no sólo han quedado restos de construcciones milenarias, sino también pequeños objetos que seguro os resultarán sorprendentes. Yo llevo toda la vida veraneando por allí, así que os lo recomiendo encarecidamente: id, poneos hasta el culo de comida buena y aprovechad para visitar estos yacimientos arqueológicos y los museos que los albergan.

    El Castillo de Doña Blanca
    
    
Vista del yacimiento
Es uno de los primeros enclaves donde se instaló la comunidad fenicia. Es un barrio fenicio amurallado, de casas en terrazas adaptadas al terreno, separadas por callejuelas. Casas de planta regular construidas en mampostería. Ha aparecido mucha cerámica como ánforas de almacenaje, las cuales podemos encontrar por todo el Mediterráneo ya que servía para el transporte de mercancías. A veces  se han encontrado en necrópolis con restos humanos incinerados, pero es mucho más extraño. Los restos más antiguos encontrados en el yacimiento pertenecen a una fase tardía de la Edad de Cobre, a finales del III milenio a.C. De esta fase se han excavado algunos fondos de cabaña dispersas por la base del yacimiento que se adaptan a la topografía original del terreno. Posteriormente se produce una fase de abandono que se prolonga hasta mediados del s. VIII a.C., momento en que vuelve a ser ocupado, esta vez por los fenicios, construyéndose pocos años después la primera muralla. Desde el siglo VIII a.C. el yacimiento permanece poblado de manera continua hasta la llegada de los romanos a la Península Ibérica, con motivo de la segunda Guerra Púnica, a fines del s. III a.C. A partir de aquí se produce una ocupación prolongada llegando a construirse una alquería almohade y ya en el siglo XVI el conocido como Castillo de Doña Blanca, que da nombre al yacimiento, donde fue enterrada Doña Blanca de Borbón, esposa de Pedro I.


    Santuario de Melkart

   
Templo de Melkart
Para los que hayáis tenido la suerte de ir de vacaciones o de paso a Chiclana, es esa islita que se ve desde Sancti Petri y La Barrosa; y es que, según las fuentes, l
a Gadir fenicia era un  archipiélago formado por las islas de Antípolis, Erytheia y Kotinoussa (Sancti Petri). Nos encontramos con un santuario que debía recoger las tradiciones de Oriente y que estaba totalmente vinculado a Tiro. Era un lugar de culto, de hospitalidad y de asilo para los comerciantes que llegaban de tierras lejanas. Además, parece que ejerció como punto clave para la explotación económica de las minas de Sierra Morena. Se dice, se comenta, se rumorea que es en esta zona es donde estuvieron situadas las Columnas de Hércules, que podrían indicar un paso por el Mediterráneo o directamente el fin del mundo conocido por aquel entonces.  Ahí es nada. El hecho de mencionar a nuestro querido Hércules y sus columnas, base del nacimiento mítico de nuestro país y que llevamos en la bandera, nos lleva al siguiente punto.

   
Ej.: Assurbanipal derrotando a un león,  Palacio de Nínive
El templo estaba dedicado al dios Melkart, dios fundador que estaba totalmente relacionado con la monarquía  de Tiro y con la prosperidad de la ciudad, además de ser el dios marítimo protector del comercio y de los viajes. Está absolutamente asimilado a Hércules, pues parece que la reconstrucción de las puertas del templo han arrojado la información de que estaban decoradas con la historia de este dios que consistía nada más y nada menos que la realización de nueve trabajos, entre ellos los conocidos como 
Hércules contra la Hidra de Lerna, contra el León de Nemea, contra el Cancerbero y peleando contra los caballos trácios en un lado y, en el otro, Hércules contra los jabalíes, cazando a la cierva Ciréna y luego una serie de trabajos en los que Hércules se enfrenta a monstruos antropomorfos: un gigante, contra los centauros y contra Antino. PERO teniendo en cuenta la iconografía oriental tan recurrente en representaciones de señores dominando a las bestias, habría que tomar con precaución el hecho de que fuese exactamente lo mismo que luego nos vamos a encontrar en la tradición grecolatina. Además, incluiría una décima representación que sería la muerte del dios en una pira funeraria y posterior resurrección. Lo que sí parece claro es que Hércules vendría de la tradición oriental y si tenemos en cuenta los movimientos fenicios por todo el Mediterráneo, no es extraños que su culto se extendiera en Grecia.


   
Dios Melkart a la moda egipcia
   Por lo que nos cuenta Estrabón en su Libro III de
Geografía, enteramente dedicado a la Península Ibérica, puede que fuera construido teniendo como modelo el Templo de Jerusalén. Filóstrato también nos comenta que no había ninguna representación del dios dentro de templo, pero sí tres altares: dos de bronce dedicados al Heracles egipcio y uno de piedra dedicado al Heracles tebano. Más Hércules por aquí. Junto al templo habría otra construcción dentro del recinto del mismo, pero no asociada, por lo que se ha considerado la "Tumba de Melkart". Consistía en una torre de varios cuerpos, 3 o 4. Su altura se ha considerado cercana a los 60m., similar a las dimensiones de Mausoleo de Halicarnaso o al faro de Alejandría, al que imitaría, o en el que se inspiraría. Es posible que tuviese una función de faro. Estaba coronado por la estatua de Melkart. Se han hallado varios ídolos de bronce en las cercanías del templo que se utilizaban como exvotos para pedir algún favor al dios y que se depositaban en el templo. Hay distintas iconografías, muchas se identifican con Osiris y tienen una iconografía muy egipcia. Se relacionan con otros bronces que han aparecidos en la Ría de Huelva completamente descontextualizados, que sigue manteniendo esa iconografía del dios como Osiris, aunque también encontramos estatuillas asociadas a Reshef (dios de la peste y la guerra). En el resto del Mediterráneo también se conservan estatuillas de bronce de este estilo.


    Restos arqueológicos fuera de construcciones

Los dos sarcófagos 
   Uno de los hallazgos más sorprendente fue el de dos sarcófagos con ajuares funerarios con un estilo entre egipcio y griego. Se encontraron el de un hombre y el de una mujer, pero no estuvieron unidos puesto que se encontraron en contextos diferentes. El sarcófago femenino es el más antiguo, sus pies y los brazos están detallados, algo que no ocurre muy habitualmente. La túnica se ciñe al cuerpo y los brazos y la cabeza es lo que más está trabajado. Parece que por los rizos se podrían datar sobre el s. V a.C. y podrían ser reyes u oligarcas que querían ser enterrados como los reyes de Tiro, osea, lo más de lo más en la Península. ¿A qué la cabeza de la mujer os recuerda un poco a algo muy conocido? Os dejo que lo penséis. En una de las manos tiene un pequeño frasco de perfume que se asocia a rituales de la alta sociedad. El sarcófago masculino se encontró después y sí contenía restos humanos, pero no había momificación, por lo que sólo se adaptaría de la cultura egipcia la idea de sarcófago. Es de bastante peor calidad, los rizos son más toscos, los brazos menos trabajados, más planos y él sostiene en una mano una granada o una manzana, que haría referencia a la fecundidad o a la resurrección, y en la otra mano laurel. Se pudo recuperar muy poco ajuar, sólo un anillo granulado, hecho hecho con filigrana en el centro con dos peces grabados. 
Anillo de casa del Obispo

    Para que os hagáis una idea de como eran estos anillos ya que del anterior no tenemos imágenes, os muestro el Anillo de la casa del Obispo, perteneciente a un ajuar funerario.de oro y con dos delfines decorando el centro. Es el mismo concepto que el anterior, por lo que parece que estos altos mandatarios serían gente totalmente relacionada con el mar, de ahí estas decoraciones. Pero después de todo lo que os he contado esto último os debe parece más que obvio. 

Os dejo el dibujo que para lo podáis ver mejor
    Junto con estos objetos tenemos otros más especiales y diferentes dentro de la Península Ibérica. Por ejemplo esta Bandeja de bronce de Gandul, que es una bandeja que en general se pone en relación con otros vasos de bronce con escenas de cacerías que han aparecido en Italia y otros lugares. Pero éste tiene una forma y una decoración particular: se ha propuesto que esta bandeja formaba parte de un altar portátil. La iconografía es bastante diferente a lo que nos encontramos en otros objetos parecidos: en el centro tenemos unas figuras acuáticas, en la parte baja aparece un cuerpo que es una serpiente y una serie de peces con escamas. De esta especie de núcleo acuático, sale una franja con motivos vegetales. Hay otra franja con animales míticos, alados, con la boca abierta, con la lengua hacia fuera; son leones macho, pues tienen pintados los genitales y unas esfinges con cabezas humanas. Aparece también la representación de un estilo de vasija con alas, es una figura iconográficamente muy extraña y se ha relacionado con una especie de creación humana en una especie de paraíso, del más allá, aparecería con características no humanas. Esta bandeja se ha relacionado con una especie de microcosmos: aire, agua, tierra, lo femenino y lo masculino, y esa forma extraña que se relaciona con la divinidad. No debéis olvidar nunca que, al fin y al cabo, se trata de personas que, aunque en pequeñas colonias tan lejanas de su tierra, querían seguir manteniendo su identidad cultural, por lo que el comercio de estos objetos sería algo habitual entre la gente de poder y se utilizarían en casos muy concretos. Como quien saca la vajilla buena en un día importante. 

Escultura

Gigante de Ronda
En escultura vamos a encontrar muy poco ejemplos, pero uno de ellos sería el Gigante de Ronda, tallado muy toscamente a partir de un bloque de piedra. Esta forma de tallar la piedra por todas sus caras sin darle volumen coherente, se ha relacionado con la escultura neohitita que aparece también en Pozo Moro. Representa una figura masculina, vemos que tiene la barba, esos tipos de rizo de gancho en la cabellera, y una túnica con plegados en diagonal y que se han relacionado con la escultura jónica griega de este momento. Se data sobre el 550 a.C. aproximadamente. El brazo que ha desaparecido iría pegado al cuerpo y el otro está doblado en el pecho, una postura que se ve mucho en lo egipcio, es una postura de saludo. Esta figura tiene ciertos atributos divinizados, estereotipados, y se ha hablado que podría ser una imagen de un rey de la ciudad de Ronda, que fue divinizado tras su muerte y probablemente podría decorar un edificio.



Diosa de Tútugi (Galera, Granada), seguramente se trata de la diosa Astarté, en los escrito esposa de Melkart, y a la que también se levantaron templos en la Península. Es una pequeña figurita de alabastro, que se data en el s.VIII a.C. y que probablemente fue realizada en un taller en el entorno sirio-fenicio relacionado con la corte. Una persona de la corte viajaría con esta figura hasta la Península como recuerdo o para comerciar con ella. Fue encontrada junto con un ajuar funerario de una tumba íbera, un especie de tumba de un héroe. Representa a Astarté, con un cuenco en la mano y sentada en un trono rodeado por esfinges. Se ha puesto en relación con otras figuras de la época, con un gran desarrollo de la oreja, con modelado muy fino de los rasgos de la cara, ojos muy abiertos y en el centro están escavados, tiene una especie de velo que le cubre el pelo y cae por los hombros. La túnica es de manga corta, aparece con una cenefa rodeada por rosetas. La forma de coger el cuenco, se relaciona con una especie de cuchara de marfil para ungüentos que aparece en el contexto egipcio, y por eso se cree que sería un recipiente de ungüentos, los cuales se vertían por una perforación en la cabeza y saldría por los pechos hasta el cuenco. Seguramente sería un ungüento sagrado, un aceite perfumado que se utilizaba en la unción para reyes, dándole un carácter divino a la monarquía. Que fuera utilizado en un contexto íbero seguramente nos habla del cambio de poder que se dio en la Península, que no eran tontos.

Necrópolis del Puig des Molins (Ibiza)



Una de las terracotas
Fuera de lo que es la Península encontramos también ejemplos, como esta necrópolis en la isla de Ibiza. Se pensaba que había estado despoblada hasta llegada de los cartagineses, pero había asentamientos fenicios que servían como punto de abastecimiento de las naves. Tenemos fundamentalmente dos tipos de necrópolis, un estilo de hipogeo y otro tipo más superficial con tumbas excavadas, aunque también se han encontrado necrópolis en las que predomina la incineración. Lo más interesante son unos tipos de estatuillas de terracota que se realizaban en serie, con moldes, por eso muchas son muy similares. A estas figuras se les incorpora los brazos ya que son de cuerpo entero, con los puños cerrados y los pulgares hacia arriba. Gran adorno con decoración muy delicada. Tienen siempre varios collares en el cuello y en el pecho, joyas en las cabezas y también rodetes. En un primer momento se interpretaron como figuras representativas de la persona fallecida, pero vemos que tiene ciertos rasgos de una figura divinizada y, además, también se han encontrado tanto en tumbas masculinas como femeninas. 



Tartessos: la moda orientalizante se asienta en la Península



    El arte tartésico se ha dividido en dos fases: fase geométrica y fase orientalizante en el que se acusan las influencias del arte oriental debido a la llegada de griegos y fenicios. Esto es SÚPER interesante, espero que no os aburra la forma de contarlo:

    Etapa geométrica: La primera fase empieza sobre el S. X a. C, donde encontramos un arte evolucionado de la Edad de Bronce y que no presenta muchas variaciones. No hay grandes piezas de cerámica ni grandes construcciones si lo comparamos con el arte hitita, egipcio o griego. Claro, que si comparamos el arte de ahora con aquel también en una mierda. Sus principales manifestaciones  son las cerámicas pintadas y bruñidas, una arquitectura generalmente bastante modesta, aunque más avanzada en fortificaciones y muros de aterrazamiento, y el grabado en estelas funerarias, que configuran el aspecto más sugestivo y, quizás, el primer arte tartesio. Las estelas son losas de piedras, pesadas y de diferentes tamaños, generalmente de caliza, arenisca, pizarra o esquisto (para los de la LOGSE: tipo de piedra), en las que se reflejan personajes de rango, asociados con frecuencia a cascos, espadas, puñales, escudos, lanzas, carros, fíbulas, peines, espejos y otros elementos y constituyen una expresión gráfica de extraordinario valor para el análisis de las estructuras sociales de élite, al margen de su función, como monumentos funerarios, hitos territoriales, e incluso como indicadores de vías y recursos controlados por un grupo determinado, etc. A pesar de su gran importancia, los problemas que  plantean son múltiples. Uno de esos problemas es que han aparecido descontextualizadas, por lo que sabemos cuál es la función y uso original que tuvieron ni  su cronología. Además, al tener representaciones de objeto personal, han servido para justificar las rutas de comercio entre  el Mediterráneo y el Atlántico antes de la colonización fenicia. Por lo tanto, si vais de marcha por el campo y veis una piedra de este estilo, no le peguéis una patada o la tiréis por un barranco, llamad a un arqueólogo, por Dios. Eso sí, habría que diferenciar entre los dos territorios que se han podido delimitar en cuanto al estilo de las losas.


Estela de la Luna, Zaragoza

       Losas básicas del Valle del Tajo
Se caracterizan por la presencia de un escudo con escotadura (uno de los lados en V), rodeado por una lanza y una espada. Y además en una distancia similar entre la parte superior y la inferior que están en blanco. Composición muy buscada y muy simple de 1 metro por 70 cm. Fueron utilizadas como tapas de cestas de inhumación, por lo que aluden a un origen funerario.





Estela de Aquegua, Córdoba
Estelas del Valle del Guadiana
Incluyen objetos de prestigio que acompaña al guerrero, junto con espejos, escudos, la espada, el peine, y además el carro que también es muy importante, elementos de origen mediterráneo. Aparecen en zonas agrestes y zonas montañosas, zonas de pastoreo a las cuales se sigue llevando el ganado. Más del 50% de las estelas conservadas pertenecen a estas rutas hacia el sur. Se hincan en el suelo y podían ejercer el papel de hitos en el camino o de marcas fronterizas.






 Etapa orientalizante (mediados S. VIII- S VI a. C): Se caracteriza por una moda o estilo orientalizante, que implica que las principales novedades del periodo se deben a la importación o aceptación de modas, objetos e incluso ideas procedentes del Mediterráneo oriental, y específicamente del mundo egeo, aportadas por los fenicios. Se produce un espectacular desarrollo de la sociedad del sudoeste peninsular que se define ya claramente como sociedad tartesia. Se caracteriza por la presencia de productos de lujo, basados en la diferenciación económica de la clases aristocráticas, que en principio se expresa con objetos de importación oriental (joyas de oro, cerámicas, objetos suntuarios de bronce, huevos de avestruz, marfiles, muebles) y que más tarde da lugar a imitaciones locales. El periodo orientalizante toma este nombre por ser resultado del contacto con los fenicios, que engloba elementos muy diversos (sirios, neohititas, egipcios, chipriotas, asirios, griegos y otros) procedentes de las culturas actuantes en el ámbito mediterráneo y próximo-oriental. A la  acción de los fenicios hay que sumar la de navegantes y comerciantes griegos, que también pugnan por extender sus redes y conexiones con el área rica en minerales de Tartessos. Se trata de una visión poliangular, donde intervienen los fenicios, pero también los griegos, los etruscos, los cartaginenses… corrientes culturales variadas, todos mezclados, en amor y armonía. No, es broma, seguro que se daban ostias como panes.

            El Carambolo


           El Carambolo es uno de los templos tartésicos que se han conservado en la Península. Estuvo en funcionamiento durante bastante tiempo, por lo que nos encontramos diferentes fases de construcción: 



Reconstrucción virtual de El Carambolo
        Fase inicial (S. V): la edificación del primer templo se fecha entre los años 1020 y 810a. C. El santuario fue una humilde construcción rectangular de adobe, con un patio de entrada y dos capillas cubiertas al fondo dedicadas a Astarté y Baal. Delante del Santuario se encontraba un túmulo que hacía las veces de montaña sagrada por cuya cima aparecía el sol el día del solsticio de verano, lo que nos recuerda a Stonehenge o Estonejengue; cosa que no debía ser tan rara cuando veneras al sol y te gusta que haga calor porque consigues cosechas, el ganado procrea, no te mueres de frío... esas cositas. Seguramente debe de ser un santuario extraurbano, desde cuya colina dominaría la antigua desembocadura del Guadalquivir. La diosa Astarté del carambolo se muestra como reina, desnuda y sentada sobre un trono que no se ha conservado. Cuando los fenicios llegan a al P. I, Astarté aparece como diosa única y patrona de la navegación. Es la compañera inseparable del dios Baal, recibió culto en las metrópolis fenicias y en sus colonias, desde las costas libanesas hasta las puertas del Atlántico. En El Carambolo puede rastrearse hasta tres advocaciones a la diosa: como astro, como reina y como señora del mundo subterráneo. Como Lucero, Astarté quedó representada en las múltiples rosetas que dominan las piezas del tesoro, representación al gusto orientalizante del planeta Venus.  Como reina se plasmó entronizada en la figurilla de bronce que custodia el Museo Arqueológico de Sevilla. Y como diosa del inframundo a través de su capilla de carácter subterráneo. Baal es el nombre genérico de Señor. Se llamó para los fenicios Melkart en Tiro y sus colonias. Su rasgo principal es su carácter omnipotente. Se identificó con la figura del toro, el animal más fuerte en el Mediterráneo y como potencia fecundante. Por eso el altar del Carambolo y algunas piezas del tesoro muestran lo que parece la piel extendida de un bóvido. Se vincula con los astros, y de ahí la importancia del sol en el santuario (solsticio de verano), las esferas doradas que adorna las joyas  la barca sagrada encontrada entre los viejos ajuares del templo. Por esta razón, como veréis en el tesoro que se encontró, muchas piezas se han considerado esa piel de toro extendida como el altar. De los toros no nos libramos en este país ni queriendo.  

      Carambolo medio (S.IV Y S.III a. C): Las riquezas acumuladas por el Santuario permitieron su ampliación alcanzando su máxima extensión hacia finales del s. III a. C. Separaba ambos cuerpos un porche pavimentado con conchas.¡Qué cómodo! En su ampliación en las fases IV y III, cuando se separan las capillas de Baal y Astarté, la primera mantiene la orientación ritual primitiva, al igual que el altar como piel de toro extendida de su centro. El pavimento de conchas marinas en el porche del santuario alcanzaba una superficie de 180 m. cuadrados, nah, unas pocas conchitas. La almeja se asocia a la diosa Astarté / Venus por su relación con el órgano genial y la fertilidad femenina. Pequeñas alfombras de conchas han aparecido delante de la puerta de casas, tanto en El carambolo como en otros yacimientos fenicios de Cádiz, Málaga y oriente Próximo, interpretándose como una protección de la diosa al mundo doméstico y a los templos como residencias divinas.


   Carambolo final (S. II y S. I): Los grandes espacios diáfanos de la fase previa tienden a compartimentarse, al quedar los edificios constreñidos por la propia topografía del cerro. Aumento del servicio y de las necesidades de culto del santuario por lo que se necesita compartimentar los espacios, ya que por el terreno no se podía ampliar. Los suelos de las zonas interiores estaban rematados por gruesas capas de arcilla roja, al igual que alguna de sus paredes, decoradas con motivos ajedrezados en negro y rojo, mientras que los exteriores eran de conchas. El resto de estancias son almacén y zonas de servicio. Son grandes complejos capaces de autosuministrarse y que hoy en día tienen una importancia como santuario de culto tartesio. El yacimiento es importante por esta sucesión de santuarios, pero también por el propio tesoro y el resto de hallazgos del ajuar que se ha encontrado.



E lTesoro del Carambolo al completo
Tesoro del Carambolo: su hallazgo en 1958 supuso la confirmación de un arte autóctono y reforzaba los análisis de las fuentes literarias tartesias. La cronología de este tesoro puede ser fijada, en  sus límites más amplios, entre los S. VIII y VI a. C. Se ha considerado obra de varios artesanos en el que conviven formas  y técnicas propias de dos ámbitos diferentes, el del Bronce Final y el del Mediterráneo oriental. En cuanto a la técnica todas las piezas (a excepción del collar) combinan las técnicas del Bronce Final y del Mediterráneo oriental, y sólo el collar de sellos se emplea técnicas y esquemas decorativos del ámbito oriental. Estas 20 piezas constituyen por sí mismas una cierta unidad tipológica y estilística sin claros paralelos, y representan la opción de una nueva tecnología y estilo sobre el soporte existen del periodo. Su aleación, con un porcentaje medio superior al 90% de oro, está dentro del círculo de la producción tartesia. Eso sí, os cuento un secreto: no pretendáis ir a verlo, porque está guardado en la caja fuerte de un banco debido al alto coste de su seguridad expuesto en un museo. O eso dicen. Esperemos que siga en dicha caja fuerte. En mi humilde opinión, las piezas más interesantes serían el pectoral y el collar:
            
Pectorales
 Pectoral de oro S. VI a. C., también denominado lingote de cobre, por su forma cuadrilátera de lados cóncavos. Esta es la forma de la que os he estado hablando, la de piel de toro que se relaciona con Baal y se encuentra en los altares levantados en su nombre. En el anverso, en el centro, una línea de grandes esferas huecas con cobre hundido central rodeada de series de circunferencias y escamas realizadas mediante estrechas tiras soldadas verticalmente dejan huecos que irían relleno de parta vítrea. Se decora en los bordes con semiesferas y circunferencias. La forma y estilo de estos colgantes carece de paralelos próximo en la P.I. Son los elementos más problemáticos para  definir el origen con las morfología y uso de los pectorales del ajuar regio y divino del próximo oriente del S. VII a. C. Bueno, y ahora es cuando, después de todo me toca deciros que lo de que es una piel de toro no está probado y no se puede asegurar, es sólo una teoría. Es verdad que parece una piel estirada, pero ¿por qué de toro? ¿No suena como propaganda de muy de principios del s. XX? Pensadlo vosotros mismos y sacad vuestras conclusiones al respecto. Porque a lo mejor es una piel de vaca, o de cordero, o de vete tu a saber qué animal de cuatro patas (¿chufacabras?). 



Collar
 El collar es la mejor de las piezas, lleva una cadena elaborada con gran destreza  para conservar su flexibilidad y los 7 sellos dorados muestran complicados engastes con esmalte cloisonné (como se hará en la Edad Media), en los que aún se puede apreciar restos de incrustaciones de vidrio verde y rosa. Como obra de arte es un trabajo ordinario, pero como orfebrería de oro es uno de los logros técnicos más importantes del periodo. Paralelos visuales se han encontrado en terracotas chipriotas del periodo geométrico. Pero el tipo de collar de oro se advierte en el círculo griego del Egeo. Y las cadenillas, tipo loop-in-loop, se advierten en la orfebrería griega, chipriota y etrusca en los S. VII- VI a. C., y noroeste de Irán. El tipo de cordón metálico se advierte en la joyería egipcia del Imperio Nuevo. Los pseudo-sellos con una derivación de los anillos giratorios con escarabajos de tradición fenicia y en la orfebrería etrusca. ¿Cómo os habéis quedado? ¿Muertos? ¿No os habéis enterado de nada? No os preocupéis, la conclusión es que esta es una pieza única, llegada una manera especial y que no fue hecha aquí. ¿Para qué? ¿Para los rituales? ¿Para quién? ¿Para los sacerdotes? ¿Para los reyes? ¿No es maravilloso lo que nos deja la antigüedad y que aún está por descubrir? 
  
      Es probable que el tesoro formara parte del Santuario, aunque tampoco se puede desestimar la teoría de que fuera parte de un robo o saqueo de las propiedades del santuario, lo que explicaría que solamente se ocultaran las piezas de oro, sin vajilla ni objetos de bronce propios del servicio. El tesoro por la naturaleza de la ocultación, la simbología de las  joyas y el lugar donde se enterró, expresa una clara simbología de poder, que dentro del ámbito religioso del santuario hay que considerarlo como poder administrativo religioso. Decidme que esto, con un buen guión, no da para película buena.

  Cancho Roano:



Yacimiento de Cancho Roano
Cancho Roano está situado en el término municipal de Zalamea de la Serena, en la provincia de Badajoz (España). Es el conjunto tartesio mejor conservado de la Península Ibérica, datando la construcción original, al menos, en el siglo VI a. C (preferiblemente finales del s. V), aunque el edificio fue ampliado y modificado después. Supone un yacimiento sin duda excepcional y único, tanto por su forma, su tamaño y su estado de conservación, como por los objetos encontrados, que permiten fechar su creación en torno al 550 a.C. Su destrucción no sería posterior al 370 a. C., causada por un incendio bien accidental o bien intencional, dentro de algún tipo de rito religioso. Cancho Roano está formado por un conjunto de edificaciones estructuradas en torno a un edificio central. Todo ello, a su vez, se circundado por un ancho foso excavado en la roca que delimita un espacio de unos 2000 m. cuadrados que, sin duda, alberga uno de los más sobresalientes hallazgos de la arqueología española del último cuarto del s. XX. Su equipamiento mueble es igual de sorprendente: joyas de oro finamente trabajadas, vajillas de bronce local y de importación, marfiles de diversas tradiciones, objetos de pasta vítrea y una nutrida colección de cerámica como vasos áticos. Aunque se desconoce con exactitud su función, el carácter religioso es imaginable debido a los altares que contiene, aunque también puede tratarse de un palacio-santuario, a juzgar por su dispositivo defensivo, pero es una teoría un tanto controvertida. Pocos datos sobre la religión y las formas culturales, únicamente las transmitidas a través de la arquitectura religiosa. Y lo que eso nos muestra es la unión de las creencias orientales introducidas por los colonizadores de esa zona con las existentes en el sur peninsular. 


  Tesoro de Aliseda (Cáceres):



Tesoro de Aliseda
Siglos VII a. C, las piezas fenicias y S. VI piezas indígenas. Está compuesto por 354 piezas, destacando el aderezo femenino más rico de la arqueología peninsular. Se había interpretado por  muchos investigadores como parte de un ajuar funerario de un jefe indígena, obra de orfebres fenicios o tartesios llegados a estas tierras y como fruto de un regalo por parte de los fenicios o tartesios a cambio de que estos jefes indígenas les facilitaran el libre tránsito hacia tierras septentrionales en busca de metales. Pero algunas producciones son fenicias y otras, la mayor parte, son de factura indígena, aunque con temas iconográficos inspirados en el Mediterráneo. Está compuesto principalmente por una diadema, dos arrancadas que están decoradas en la parte externa por árboles de la vida, flores de loto y halcones enfrentados, una  diadema que es una pieza articulada sobre una lámina de oro con  los extremos triangulares y motivos vegetales y el cinturón de 62 piezas con una decoración repujada donde se representa a un hombre luchando con un león rampante y grifos sobre  flores de loto invertidas. Uno de los collares más grande tiene 57 elementos y destaca por sus 7 estuches porta-amuletos, dos de ellos con cabeza de halcón, probablemente en alusión a Horus. La vinculación a artesanos orientales se basa en los estuches de amuletos con cabeza de halcón o las flores de loto de las arrancadas, en los grifos, en las palmetas y en la escena de lucha del hombre-león, como señor de los animales en todo el Mediterráneo oriental. Pero la forma de las arrancadas es indígena, con ornamentos orientales pero con soluciones indígenas. Vamos, que a las tribus indígenas les molaba el rollo que traían los extranjeros y copiaron sus formas, aunque las técnicas dijeron que mejor las suyas que para eso sabían hacerlas. 


   Otros ejemplos arqueológicos:


   Aunque se han encontrado muchos objetos que no tienen nada que ver con tesoros sino con la vida normal, sólo os voy a poner dos ejemplos para que no os aburráis sobremanera, sólo para que sepáis que existen. 



Candelabros o Thyameteria de Lebrija pertenecientes al periodo orientalizarte, es especialmente llamativa su esbeltez y la repetición de los anillos aristados a lo largo de las piezas. Candelabro o timaterio tubular compuesto por una serie de discos superpuestos. Se trata de piezas de gran tamaño, realizadas mediante la unión de dos láminas de oro con clavitos o soldaduras en que, paralelamente, se conservan métodos de elaboración tradicionales atlánticos que se emplean junto a estas nuevas técnicas para crear  objetos sin parangón en ningún otro lugar del Mediterráneo. Se considera que son representaciones de una divinidad oriental y que siguen un esquema que se repite en otras piezas de menos tamaño dentro del territorio andaluz.



Bronce Carriazo
Bocado de caballo conocido como el Bronce Carriazo: presentado como cama de bocado, y objeto de caldero, parece que corresponde, según paralelos iconográficos, con una cama lateral de bocado de caballo; vamos, uno de los laterales de las cosas que muerden los caballos. El modelo remite a la región del Lusitán, dentro del mundo asirio del s. VII, aunque esta hipótesis debe admitirse con reservas. Lo que sí está claro es que no es producto de  la influencia de Hallstat, como sugería Maluquer, y que  la representación, la diosa entre animales, es típica del mundo oriental, transportada por los  comerciantes fenicios y orientales a partir del S. VII por todo el Mediterráneo. Es una placa con relieve de busto femenino entre dos prómotos (para los de la LOGSE: representación del busto de un animal. Busto es de la cabeza hasta el pecho) de aves, con los brazos alzados y sujetando en cada mano un objeto triangular provisto de mando. De rostro firme, rotundo, ojos de tipo almendrado, nariz ancha y boca adjunta, resuelta mediante una somera incisión horizontal, el mentón ovalado, ancho, con la barbilla apenas indicada. Luce peinado hathórida, aunque a nosotros nos resulta bastante actual. Viste quitón de mangas cortas muy ceñido, con escote circular, dejando ver un airoso collar de flores de loto en la que se alternan  flores abiertas  y capullos: sobre las muñecas unas sencillas pulseras indicadas  mediante incisiones. No se ve, pero os prometo que es así. A cada lado se erige un ave en vuelo, de especial valor simbólico, con plumas bien ordenadas, aunque se acoplan por encima de la cabeza femenina. Bajo las alas extendidas, el cuerpo adquiere formas de nace, de donde sobre salen siete apéndices. 


Y hasta aquí un repaso somero de los restos que nos han dejado estas dos culturas tan parecidas, pero a la vez tan distintas y que nos crean tantos problemas. Pero, creo, que el hecho de que todavía quedan tantos interrogantes nos deja un amplio campo para el estudio y la investigación, pero también para la imaginación. 

4 comentarios:

  1. Muy interesante, como siempre. Y, además, has tenido el detalle de incluir una sutil referencia al Medievo que, como puedes ver, no ha pasado inadvertida.

    En este sentido, como mis conocimientos sobre la materia son limitados, quería preguntarte algo. ¿Estás segura que en las estelas de la etapa orientalizante se está queriendo representar escudos? Yo te creo. Pero no hace mucho, en un simposio sobre el tema, escuché a una máxima especialista hacer esta misma pregunta ya que ella «Tenía una teoría». Teoría que no explicó pero que quizá pueda estar relacionada con lo que se dice hacia el minuto 42 de este documental: https://www.youtube.com/watch?v=EbRHHvbRpZw. ¿Qué opinión te merece? (P.D: No me odies).

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    1. Jajajaja no te odio ni mucho menos. Pero soy fiel a mis propias palabras de que para hablar de un tema lo primero que tienes que hacer es informarte. Y tengo que reconocer que en cuanto a la Atlántida no sé absolutamente nada porque siempre he supuesto más que era una leyenda sin base arquológico de momento y que todo lo que podamos suponer ahora se quedan en suposiciones al no poder demostrar nada científicamente. Pero, la verdad es que viendo el vídeo me parece una teoría cuanto menos interesante que habría que echarle un ojo y más cuando hay gente que especialista hablando de ella en simposios. Además me acaban de venir a la mente las cerámicas que parecen tener el símbolo del documental. Eso así, a mi personalmente no me parece el mismo símbolo, porque estos son símbolos concéntricos y una línea, y los escudos tienen una escotadura, es decir, uno de los lados en V. Te dejo aquí para que lo veas https://www.tartessos.info/html2/images/atlantis-jaen-ceramica-spanish.jpg Te prometo que lo haré por que además sería un tema genial para tratarlo aparte.

      Dicho lo cual, nunca había pensando en ese símbolo más allá de un escudo porque es lo primero que se te viene a la cabeza, por la forma y el contenido, y me parece una teoría muy factible. Pero es verdad es no es una forma extraña, y menos en el contexto funerario. Te pongo como ejemplo la vista aérea de La colina de Tara en Irlanda donde se conservan una serie de contextos megalíticos http://1.bp.blogspot.com/-aR8ZtmvAajQ/U_oOZkatTcI/AAAAAAAAArc/apZtNKFbRys/s1600/01-The-Hill-of-Tara-1.jpg

      Y si estos conjuntos megalíticos corresponden a un culto solar y hablamos de que Baal o Melkart es un dios solar, ¿por qué no hablar de esa conexión? También creo que en esa época llevar el escudo de una ciudad en el escudo (perdón por la redundancia) estaría muy pillado porque las mayores potencias mediterráneas como Grecia con ejemplos como Troya o Atenas no lo llevaban. Tenían formas propias, pero no escudos representativos. Te dejo esta misma forma en Noruega, en el llamado Laberinto de Holmen Grå http://3.bp.blogspot.com/-pwhsqNtpmm8/U_slJuJPv-I/AAAAAAAAAtQ/AOa-i4umRuI/s1600/Labyrinten%2Bp%C3%A5%2BHolmen%2BGr%C3%A5%2Bi%2Bn%C3%A6rheten%2Bav%2BKirkenes.%2BArkitektguide%2Bfor%2BNord-Norge%2Bog%2BSvalbard%2C%2Bhttp%2Blenken...%2BFoto%2Bav%2BInger%2BHelen%2BUnstad.%2BBrukt%2Bmed%2Btillatelse..jpg

      Por lo tanto para un símbolo tan concreto como el de una ciudad en el sur de España hablaríamos de una influencia demasiado lejana ¿no crees? Y bueno, para acabar te dejo con el mejor ejemplo de escudos con escotadura que son también de de Dinamarca y que a me se me parecen mucho más a lo representado en las estelas http://2.bp.blogspot.com/-jtIdRHbF8QI/U_sxNDtSu6I/AAAAAAAAAtw/RO4V--nHHDc/s1600/Escudo%2BIrlandes%2B2.jpg

      Siento los enlaces pero es una pena que en los comentarios no pueda añadir fotos. Por lo tanto, creo que es interesante pero que hay que ir con pies de plomo y más cuando hablamos de la teoría de que Tartessos pudiera haber tenido una raíz megalítica, si no pensamos que vinieron con fenicios, por lo tanto con toda esta influencia céltica (no olvidemos que las estelas también las encontramos por el norte) de la Península y arraigada al culto al Sol. Y bueno, no te pongo más enlaces que me vas a odiar tu a mi, pero también se encuentran estos símbolos en la Galicia celta.

      Entonces... pues es interesante, es bonita, pero seguimos un método científico. Así que, yo por lo menos, necesito restos arqueológicos para empezar a creer. Ahora bien, que la Atlántida estuviera aquí me encantaría, creo que como a todos. Y que nos inviten a excavar.

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  2. Lo de las fotos en los comentarios es una sugerencia que habría que hacerle a Blogger. Que normalmente San Google responde. Pero, de momento, puedes bombardearme a enlaces. Así tiene más intriga. Es como: «¿Qué saldrá, qué saldrá?».

    Por otra parte, comparto tus opiniones. Espero que algún día caiga la Atlántida por aquí y espero más aún que la descubran en Doñana y nos lleven a excavar.

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