Proceso colonizador en la Grecia Arcaica
Hace unas pocas entradas os hablamos brevemente de los elementos
básicos que caracterizan al mundo griego en la llamada Época Arcaica y al arte de dicha etapa. En esta nueva entrada os hablaremos
de un aspecto concreto, la expansión de la cultura griega a otros
territorios como el norte de África o Italia.
Causas de la salida al mar
Entre las causas que llevan al inicio de este proceso colonizador
se tiende a hablar tanto de la escasez de tierras cultivables como de
un importante incremento demográfico. Estas dos causas vendrían de
la mano, ya que si hay un número mayor de habitantes en un
territorio necesitarán una mayor producción agrícola. Sin embargo
es más que posible que el aumento demográfico no fuese ni tan alto
ni tan decisivo a la hora de buscar asentamientos al otro lado del
mar y sí lo fuese la evolución de la propiedad de la tierra.
En este momento, s. VIII a.C., se estaría produciendo una
concentración de tierras en manos de las grandes familias de la
aristocracia. Los pequeños propietarios de tierras, con las
sucesivas herencias, irían dividiendo su propiedad en parcelas cada
vez más pequeñas, empobreciéndose a cada paso. Por otra parte
tenemos una cuestión meramente económica y comercial. El continente
griego no es un territorio rico en metales, necesarios para el
desarrollo de las polis, sobre todo en tiempos de guerra. Por ello
sería necesario establecer nuevos enclaves en zonas ricas en metales
para su obtención y a su vez terrenos de cultivo para abastecer a
estos “emporia”. Además de estas condiciones generales, existen
casos concretos en los que se procede a la búsqueda de asentamientos
coloniales a causa de conflictos internos o problemas puntuales como
sequías.
Para ser justos, la palabra “colonia” quizá no sea la más
acertada, ya que su sería aplicable unicamente a las explotaciones
agrícolas y no todos los asentamientos fueron de este tipo, pero
para no liarnos demasiado será el que más utilicemos. Del mismo
modo tenemos que decir que el fenómeno colonizador no es algo que se
inicie en esta época, ya que es una práctica común desde la Edad
Oscura, aunque a menor escala.
Proceso fundacional
Antes de echarse a la mar a la búsqueda de nuevos asentamientos
había un protocolo a seguir. En primer lugar se elegía a un líder
de la expedición, que sería reconocido como fundador de la colonia.
Éste era elegido entre los miembros de las clases altas que se
embarcase en la aventura, tanto si se trataba de una expedición
organizada por la polis o por una familia aristocrática en concreto.
Posteriormente se acudía al Oráculo de Delfos para que diese el
visto bueno al viaje y a la apropiación del territorio al que se
llegase. Una vez superado el “papeleo” se emprendía el viaje en
barcos de guerra de pequeño tamaño.
En un primer momento se tiende a establecer las colonias en zonas
costeras, donde la llegada de víveres o nuevos habitantes desde la
polis de origen era más sencilla, y en terrenos elevados para
defenderse de posibles ataques de los nativos. Según la colonia va
creciendo y ganando importancia, se va haciendo necesario un terreno
más amplio tanto para acoger a los pobladores como para
autoabastecerse, por lo que muchas se trasladaran a mejores tierras
en el interior. El trazado de estos asentamientos se hace mediante un
plano regular, lo que facilitaba el reparto del territorio entre los
colonos. Aunque en un principio se tiende a un reparto igualitario,
no tardan en aparecer familias que se erigen como aristocracia,
principalmente la familia del fundador, al que se rinde culto.
En un inicio, las colonias mantienen estrechas relaciones
con las polis de origen y aunque en un territorio cercano existan
varias colonias, si estas tienen su origen en distintas polis la
relación entre ellas es prácticamente nula. Sin embargo no tardarán
en apoyarse entre sí cuando surja algún problema con la metrópolis,
en defensa de sus intereses aunque, en general, las relaciones de las
polis con sus colonias son amistosas, lo que ayuda a la expansión de
cultura griega por todo el Mediterráneo.
Asentamientos en el Sur de Italia y Sicilia
En estas zonas nos encontramos con establecimientos desde mediados
del siglo VIII y el modo de vida de los colonos es prácticamente el
mismo que en territorio griego, ya que las condiciones climáticas
eran muy similares. La única cultura de la Península Itálica que
podría hacerles sombra a los griegos era la etrusca, cuya
organización política era muy similar, con ciudades-estado
independientes. Bueno, también hay que tener en cuenta a las
potencias extranjeras que también se estaban expandiendo por el
mediterráneo, como los cartagineses. Como supongo que sabréis, a las colonias griegas del sur de Italia se las conoce como la Magna Grecia.
La primera colonia fundada fue Pitecusa, en una isla frente a la
costa napolitana, y posteriormente Cumas, en esa misma costa. Esta
zona tenía muchos puntos positivos ya que disponía tanto de tierras
fértiles como de buen acceso a materias primas. Además existía la
posibilidad de comerciar con las ciudades etruscas del norte con las
que existía una buena relación y que no pusieron impedimentos al
establecimiento de las colonias griegas. Aunque no les haría tanta
gracia cuando los griegos empezaron a expandir su área de influencia
hacia el interior.
El Norte del Egeo y la zona de los estrechos
Este territorio atrajo desde muy temprano el interés de los
griegos por los mismos motivos que la Península Itálica, tenía
muchas similitudes con el propio territorio griego, aunque en este
caso el clima era más húmedo y frío. Los puntos fuertes de este
territorio era la la existencia de buenas tierras para el cultivo y
zonas montañosas de las que se podía obtener tanto madera como
minerales. El principal punto negativo eran sus habitantes, los
tracios, que normalmente se mostraron hostiles ante la presencia de
los griegos. Esto era un problema de bastante importancia, ya que
estamos hablando de un pueblo con vocación guerrera y que residían
en ciudades fortificadas. La Península Calcídica, en la actual Macedonia, se va colonizando
a lo largo del siglo VIII pero la colonia más importante será la de
la isla de Thassos, llevada a cabo por otra polis insular, la de Paros.
En Thassos existían unas ricas minas de oro
y su colonización se llevó a cabo mediante el uso de la fuerza.
Los griegos fueron a Thassos por el oro, nosotros podríamos ir por cosas como ésta. |
Por otra parte, la zona del Bósforo y Dardanelos fue colonizada
en un primer momento por Mileto y Megara, pero ven frenado su avance
por los intereses de ciudades como Atenas o del reino de Lidia, en
Asia Menor. Esta zona de los estrechos era muy importante ya que
permitía controlar el comercio con el Mar Negro, lo que impulsó a
los atenienses a fundar su primera colonia en Sigeo, a finales del s.
VII, como veis ya en época tardía.
Zona del Mar Negro
Esta zona no disponía, a priori, de unas condiciones favorables
para los griegos ya que su clima era frío y las cordilleras
montañosas se extienden hasta la costa haciendo difícil el acceso.
Por ello, sólo los estuarios de los ríos permitían el
establecimiento de colonias. Por otra parte, las condiciones de la
costa, aunque dificultaban el acceso a ella, una vez se encontraba un
puerto, otorgaban una buena protección al mismo. Otros puntos
positivos de estos enclaves era la abundancia de sal y la buena
pesca, así como la existencia de vías de comunicación hacia el
interior.
En cuanto a los pueblos autóctonos destacan sobre todo los
escitas, con los cuales las relaciones fueron distintas según la
situación de sus asentamientos. Con los reinos del interior se
mantuvieron relaciones políticas y comerciales, mientras que los
poblados cercanos a las colonias griegas fueron sometidos y sus
pobladores utilizados como siervos. El papel comercial de estas
colonias fue lo que facilitó las buenas relaciones con los escitas
del interior, ya que estaban deseosos de hacerse con cerámica y
otros productos griegos que eran vistos como símbolo de poder. La
principal labor colonizadora en esta zona la llevó a cabo la polis
de Mileto, centrándose en la zona occidental y septentrional.
Norte de África
En esta zona las colonias griegas se situaron en el delta del Nilo
y en la costa de Libia. En la zona de Egipto el único
establecimiento griego fue la colonia de Naucratis, que se encontraba
bajo la protección del faraón y su influencia fue prácticamente
nula, ya que tuvieron que adaptarse a las exigencias de los
gobernantes. La colonia más importante en este territorio es la de
Cirene, en la costa libia, fundada por la polis de Tera, que tuvo que
enviar una expedición en busca de tierras a causa de una fuerte
sequía.
Cirene en la actualidad |
Extremo Occidental
En esta zona la presencia griega no fue tan importante como en las
demás, destacando las colonias focenses de Massalia (Marsella) y
Emporion (Ampurias). Las principales causas de la escasa presencia
griega en estos territorios son lo lejanos que están del territorio
griego y la fuerte presencia de fenicios y cartagineses, que no
estaban por la labor de que los griegos les quitasen el negocio. Los
primeros contactos con estos territorios se inician a mediados del s.
VII, pero la primera colonia no funda hasta el año 600.
Relaciones con los indígenas
Aunque ya hemos dicho como se desenvolvían las relaciones entre
griegos e indígenas en las zonas de asentamiento, recopilamos los
dos casos extremos. En la zona de Sicilia y del Sur de Italia los
indígenas no representaban un peligro y fueron sometidos fácilmente.
Con los pueblos más avanzados como los etruscos, las relaciones
fueron amistosas y se produjo un flujo comercial fructífero para
ambos. En la zona del Mar Negro los asentamientos griegos siempre
tuvieron que contar con la buena voluntad de los reyes indígenas y
en ocasiones tuvieron que renunciar a establecerse en algunos lugares
como consecuencia de la hostilidad de los indígenas, como los
tracios. Sin embargo en la mayoría de los casos estas relaciones
fueron buenas dado el gran interés de los gobernantes indígenas por
poseer productos de lujo de origen griego, mientras que los griegos
por su parte obtenían productos agrícolas, materias primas,pieles e
incluso esclavos. En algunos casos los griegos prestaron ayuda
militar a estos gobernantes e las luchas por el poder con
asentamientos vecinos.
En resumen, la salida del mundo griego a ultramar a partir del s.
VIII a.C. no se da como consecuencia de un colapso agrícola,
demográfico o económico y no quedase otra que buscarse la vida por
el mundo adelante. Más bien se trataría de una manera de progresar,
sobre todo para las aristocracia media que se estaba viendo
arrinconada por la aristocracia más poderosa y veía e esta salida la única
forma de prosperar. Como ya os hemos explicado, esta colonización no
se traduce en la conquista del territorio al modo romano, sino que se
trata simplemente de la creación de enclaves con los que controlar
los territorios cercanos y establecer relaciones con los poderes
locales.
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