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viernes, 14 de agosto de 2015

Alfons Mucha

El fascinante desconocido del Art Noveau


    Se ha pasado un tiempo en que no escribimos, pero no os preocupéis, seguimos vivos. Hoy os queremos acercar la historia de uno de esos artistas que alguien ha visto alguna vez pero muy poca gente conoce su existencia. Ese artista es Alfons Mucha y nuestro interés porque conozcáis su historia nace de un reciente viaje a Praga, ciudad en la que este artista alcanzó su fama. Como pasa con muchas artistas, es muy normal haber visto ilustraciones e incluso películas envueltas en este período de grandes pintores, pero como le ocurrió a Toulouse Lautrec, a las ilustraciones no siempre se les valoró como debían. Mucha fue un personaje con suerte, reconocido, por lo que pudo vivir de su arte, pero es increíble que a día de hoy se conozcan tan pocas cosas de él.


Alfons Mucha en Nueva York, 1908

    Alfons Maria Mucha nació el 24 de julio de 1860 en Ivancice, ubicada en la actual Moravia, o lo que es lo mismo, la tercera región que forma la República Checa junto con Bohemia y Silesia y que limita al sur con Austria y al sureste con Eslovaquia. Con 19 años, ya seguro de lo que quería hacer con su vida, es contratado por un teatro en Viena donde se dedicará al diseño de escenarios. Mientras tanto, aprovechó para tomar clases de pintura y tomar contacto con los artistas austriacos que conocían lo que se estaba haciendo en París. Pero la desgracia llegó a la compañía de teatro en 1881: sufrió un importante incendio durante una de sus actuaciones perdiendo así a uno de sus mayores inversores. El teatro tuvo que cerrar y Mucha se vio obligado a volver a Moravia. Sin embargo, Dios no cierra una puerta sin abrir una ventana, pues a su vuelta fue contratado por Karl Khuen, un famoso y adinerado terrateniente de la zona que contrató a nuestro artista para decorar su palacete en Tyrol, además de varios trabajos en Bosnia Herzegovina. Gracias a su apoyo económico, Mucha pudo empezar a viajar: Múnich, París, Venecia, Florencia, Bolonia y Milán.


Foto del interior de la Casa de Karl Khuen. Alfons Mucha Foundation © Mucha Trust




     Por estos años, como ya hemos visto con otras artistas como Picasso, es París el centro neurálgico del arte y el Art Noveau alcanza su máxima expresión. Llegó en 1888, y como otros tanto artistas hicieron, Mucha no sólo fue dibujante, sino que se ocupó de la escultura, del arte útil e industrial, del diseño de joyas y siguió con los proyectos de arquitectura interior. 


Busto de mujer. Ca 1900


Pieza de joyería. Ca 1900




Boutique Fouquet: espacio diseñado por Mucha, Musée Carnavalet, París

    Pero si por algo es conocido es por los carteles o paneles decorativos, que tuvieron una gran difusión y gozaron de una gran popularidad, pues recogió los temas fundamentales del Art Noveau y el Modernismo y los enlazó dando lugar a mujeres estilizadas decoradas con flores y símbolos.  Es bien sabido que el artista, que seguía recibiendo clases en la Académie Julian, pasaba sus ratos libres en jardines botánico, bulevares, mercados y estaciones de ferrocarril dónde plasmaba rápido bocetos de las fisonomías y movimientos


Uno de los múltiple bocetos que Mucha utilizaría como inspiración para la decoración de sus carteles... 



... dando lugar a obras magníficas. Zodiaco, 1896

    Mucha alcanzó un gran éxito en París, tanto que fue el encargado de la creación del pabellón de Bosnia Herzegovina para la Exposición Universal de 1900 que tuvo lugar en la capital francesa. Su éxito fue más allá de sus expectativas, y era habitualmente contratado como anuncios publicitarios de casi todo: champán, perfumes, golosinas, tabaco, etc. 





Heidsieck & Company, 1901


Cigarrillos Paris, 1897



Dry Imperial Möet & Chandon, 1899

    Pero si algo catapultó a Mucha a la fama fue el decisivo encargo que le realizó la actriz Sarah Bernhardt y su Téâtre de la Renaissance. Este cartel anunciaba el estreno de la obra Gismonda de Victorien Sardou y apareció en 1895 por todos los muros de parís, causando gran sensación. Este cartel en considerado a día de hoy como el ejemplo de cartel publicitario moderno. Después de este cartel, la actriz ofreció a Mucha un contrato en exclusividad durante seis años en los que nos dejó sus carteles más conocidos. Todos ellos son de formato estrecho, casi de dos metros de altura, una figura muy estilizada y las letras en los márgenes superior e inferior. Los carteles no sólo ayudaron a la fama del pintor, sino también a la de la propia Sarah Bernhardt que empezó a ser conocida más allá de los muros de París. 



Gismonda, 1894/1895



Hamlet, 1899


La dama de las Camelias, 1896


Lorenzo de Medici, 1896


Medea, 1898

    Son muchas las obras de Mucha que se nos quedarían en el tintero, pues en plena fama el artista no dejó de crear y llegó a viajar dos veces a Estados Unidos donde triunfó y de paso se trajo una mujer. Son muy apreciados los ciclos de 4 dibujos que conforman un tema central.

    Las musas (1902):

La pintura




La música




La poesía



La danza


    Las horas del día (1899):


La tarde



La mañana


El reposo de la noche



El amanecer


La noche (1902): 


La estrella de la tarde


La luna


La estrella polar


La estrella de la mañana


Las estaciones (1900):


El otoño
La primavera
El invierno


El verano

   Antes de la Primera Guerra Mundial, sobre 1910, Alfonso Mucha volvió a Checoslovaquia y quiso representar la historia de su pueblo,  pues con su arte deseaba poder representar historias. Es por eso que aceptó el trabajo de diseño de las vidrieras de la Catedral de San Vito (Praga) y su ciclo La epopeya eslava, que abarcó veinte lienzos monumentales donde se plasmó la historia de los eslavos. 


Mucha con sus lienzos expuestos en el Klementium
La coronación del Zar Serbio Štěpán Dušan como Emperador Romano de Oriente. La Epopeya Eslava, nº 6




La Celebración de Svantovít, Epopeya eslava, nº 2


Mujer en el páramo, como parte del reflejo de la sociedad eslava. 1920

    Vidrieras de la Catedral de San Vito (1930):







   Mucha siguió realizando su arte incluso después de la Primera Guerra Mundial, pero todo esto se vio interrumpido en el momento en el que fue detenido por la Gestapo coincidiendo con la invasión de Checoslovaquia por parte de Alemania,  como otros muchos artistas cuyo arte se consideraba fuera de sus reglas establecidas. En el mismo año, 1939, se le permite volver a casa, pero debido su avanzada edad, las consecuencias de su arresto fueron nefastas y murió el 14 de julio en Praga. 

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