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lunes, 14 de septiembre de 2015

The Factory I

Fotografía, cine, música y artes plásticas en Manhattan



      Andy Warhol es, sin duda, uno de los artistas más importante e influyente del S. XX. Su pop comercial, su rechazo del exceso de “autorismo” contemporáneo, su interés por explorar y combinar una gran variedad de medios de comunicación en su ejercicio cultural y artístico así como su admiración por la serialidad y la multiplicidad, han contribuido de forma definitiva a la estética postmoderna y contemporánea. The Factory o La Fábrica es como llamó al estudio de Warhol Billy Name, que fue su administrador y archivista en 1963. Originalmente estaba situado en el 321 de la calle 47 Este, en Midtown Manhattan, aunque el espacio se trasladó más adelante al 33 de Union Square Oeste en Nueva York. The Factory estaba siempre llena de asistentes de estudio, empleados, colaboradores y amigos que se enriquecían de la interminable marea de público y visitantes. Muchos de los habituales del lugar terminaron convirtiéndose en las estrellas de los experimentos fílmicos de Warhol.


      Edie Sedgwick, Viva, Brigid Berlin, Mayo Montez, Taylor Mead, Jackie Curtis y Candy Darling son algunas de las figuras que devinieron en celebridades underground. Se podría decir que se ha convertido en un lugar de experimentación contracultura de los sesenta en Estados Unidos, así como un claro ejemplo de la decadencia y destrucción causada por la cultura de la droga y el empobrecimiento estético y moral del arte. Y es que, si The Factory alcanzó su status, es porque Warhol manejaba como nadie la publicidad y los medios de comunicación y convirtió este lugar en una máquina de hacer imágenes que se convirtieron en un mito. En 1962, Warhol ya se había hecho un nombre como ilustrador comercial y empezó a serigrafiar, pero siempre a lo grande, ya que las serigrafías de Elvis llegaron a alcanzar los dos metros de altura. De modo que Warhol necesitaba un estudio y unos asistentes, como Nathan Gluck o Gerard Malanga, para trabajar estos lienzos. Y así fue como comenzó la cadena de montaje y aprovechó para anunciarlo como un producto fabricado en serie, copiando incluso la firma de sus obras que en muchas ocasiones hacia Julia Warhola. Con el tiempo, el estudio empezó a parecerse cada vez más a una empresa y así fue como llegaron: las películas y las fotografías. En definitiva, había nacido el business art (arte comercial).

      El estudio se convirtió en un imán para los modernos, los artistas y la alta sociedad, y en un centro de experimentación de todo tipo. Entre las celebridades que acudían al famoso taller de Warhol se encontraban Lou Reed, Edie Sedgwick, Bob Dylan, Salvador Dalí y Betsey Johnson, por mencionar algunos, pues el estudio no discriminaba, era un cultivo para todo tipo de arte, entre ellas, la música con la legendaria banda de rock The Velvet Underground, con miembros clave como Lou Reed y John Cale, que fueron el centro de la escena de Warhol en The Factory. El ambiente dentro de The Factory era muy permisivo, por lo que la mayoría del contenido de las películas que ahí se rodaban eran sobre temas sexuales: la desnudez, el sexo explícito, las relaciones homosexuales o la diversidad sexual. Warhol llamaba a quienes acudían a su estudio Warhol Superstars pues les confería parte de su genio a todos los asistentes a partir de su participación. Era como si los músicos, pintores o gente de cine se convirtieran en su propiedad y formaran parte de las creaciones del artista. Warhol era la mente creativa que veía sus deseos realizados por medios de sus fastuosas amistades.



Warhol con algunas de sus Superstars

      Se trató, pues, de un proyecto que comenzó con un simple deseo de fama en el que el verdadero arte era accesorio, pero que al final se transformó en una auténtica revolución cultural con indiscutibles efectos sobre la concepción en la historia del arte hasta nuestros días. Y eso es, precisamente, lo que quedó de una Factory que, tras el atentado sufrido por Warhol en 1968, nunca más volvió a ser el mismo espacio abierto y permisivo de creación, diversión, negocio y escaparate de tipologías que había sido.


    WARHOL SUPERSTARS

Son muchas las estrellas que pasaron por el estudio, pero nosotros os vamos a presentar a unas cuantas, quizá las más destacables, las que más aparecieron junto al artista y las que más quedaron grabadas en el inconsciente colectivo de esta fábrica de famosos:

       GERARD MALANGA
      Poeta, fotógrafo y cineasta. Fue el principal ayudante de Warhol y el auténtico primer ministro de la Factory hasta 1967. Había sido presentado a Warhol por Charles Henri Ford y pronto se convirtió en colaborador del artista para la realización de las series de Marilyn, los retratos con Polaroid y la organización de espectáculos multimedia.



        NICO
        Modelo, actriz y cantante en The Velvet Underground. Había intervenido como actriz en La dolce vita de Fellini y había sido la novia del guitarrista de los Rolling Stones, Brian Jones. Intervino en la película de Warhol Chelsea Girls y se convirtió en solista de The Velvet Underground junto con Lou Reed, John Cale, Sterling Morrison y Maureen Tucker.

Nico y Warhol como Batman y Robin para la revista Esquire en 1967

        EDIE SEDGWICK 
     Actriz y modelo. Era la estrella favorita de Andy Warhol y la gran animadora de The Factory. Tenía un aspecto andrógino y provenía de una familia acaudalada de Cambridge (Massachussets, EE UU) y, en palabras del propio Warhol a la revista Esquire, una persona que podría realizar el mismo trabajo que él. Junto con Baby Jane Holzer, fue la chica que más veces intervino en las películas de The Factory. Murió de sobredosis en 1971.



         JOE DALLESSANDRO
        Actor y modelo. Era alto, guapo y también de aspecto andrógino. Conoció a Warhol en 1967. Fue actor en varias de las películas en las que colaboraron Warhol y Paul Morrisey. Siempre hizo el papel de macho semental y en The Factory era conocido como una belleza que cobraba por todo lo que hiciera. Como dato anecdótico mencionar que Lou Reed lo retrató en su canción Walk on the Wild Side con el nombre de Little Joe.


      
         ULTRA VIOLET

      Actriz y modelo. Fue amiga y amante de Dalí y conoció a Warhol en 1963, mientras tomaba un té con Dalí en París. Era francesa y su nombre verdadero era el de Isabelle Collin Dufresne. Participó en películas y en algunas actividades de The Factory. A principios de los años 70, después de una enfermedad mental, se decantó por un misticismo católico y escribió posteriormente un libro en el que abjuraba de sus años en la Factory.






    The Factory: objetivo de muchos fotógrafos


      No era de extrañar que de The Factory se convirtiera en un espacio donde muchos fotógrafos se dieron cita, ya que hablamos de un espacio para ver y ser visto. De hecho, el mismo Warhol solía recordar que durante sus diez últimos años de vida disparó cada día como mínimo un carrete de 35mm. en blanco y negro. Dentro de esta variedad de fotógrafos había profesiones y aficionados, habituales del estudio, superestrellas, reporteros gráficos y fotógrafos de moda. Todos juntos documentaron este fenómeno cultural que vivieron y se convirtieron en el mismo retrato del círculo social y estético del mundo de Warhol. 

      Es muy difícil imaginar el mito de The Factory sin las emblemáticas fotografías en blanco y negro de Billy Name. En 1964 Warhol le propuso que forrara las paredes de The Factory con papel de aluminio, algo que el propio Name había utilizado para decorar su apartamento, y que dio el aspecto tan característico al estudio a mediados de los sesenta. Ese mismo año, el mismo Warhol le regaló su Honeywell Pentax 35 mm. y no tardó en convertirse en el fotógrafo oficial de The Factory que hasta 1970 creó un registro del espacio, del proceso de trabajo de Warhol y de los habitantes, ya fuera trabajando o divirtiéndose. Name fotografió tanto en blanco y negro como en color, pero si por algo se reconoce su obra es por su marcado contraste y sus composiciones aparentemente espontáneas y a menudo desordenadas que dan un aire crudo y auténtico. Realizó una serie de fotografías llamada Andy Warhol and Most Beautiful Women (Andy Warhol y mujeres bellísimas, 1964- 1965), donde evoca al título de la película que Warhol rodó en 1965 13 Most Beautiful Women (13 mujeres bellísimas) que era una compilación de retratos cinematográficos de amigos y socios de The Factory. Entre ellos se encuentra Jane Holzer, la escultora venezolana Marisol o la crítica de arte Bárbara Rose, que formaba parte de la serie de pruebas de proyección Screen Test. Otras fotografías presentan una autenticidad que nos deja vislumbrar entre bastidores la vida cotidiana de The Factory, su glamour y su sentido teatral ya que, siendo uno más entre los habituales, compartió de primera mano los momentos más informales y humanos de sus vidas.


Andy Warhol fotografiado por Billy Name mientras habla distraído por el teléfono plateado de su estudio

      En la obra de Stephen Shore encontramos una visión algo más estudiada de este período de The Factory, que contrasta con la anterior y queda reflejada en la exposición New Topographics: photographs of a Man-Alteres Landcape (Nueva topografía: fotografías de un paisaje modificado por el hombre). Shore es conocido por sus naturalezas muertas y paisajes que ilustran a todo color la cultura popular estadounidense. Shore aborda a sus modelos con una sutil pose, característica de gran parte del arte fotográfico estadounidense de posguerra. Captura a menudo a sus modelos mirando fijamente a cámara con aire perplejo o ademán agresivo, lo que hace pensar que no se le rechazaba abiertamente, pero tampoco se le aceptaba del todo. En cualquier caso, sus fotografías son favorecedoras y estilosas.


Edie Sedgwick y su doble cómico Ingrid Superstar por Stephen Shore
 Menos empática, aunque igual de reveladora, es la obra del periodista gráfico Nat Finkelstein. Como Shore, Finkelstein era ante todo un extraño y para él, The Factory representaba el lado cuestionable de la contracultura de los sesenta. Comprometido con la causa de los derechos civiles, Finkelstein consideraba que el juego conceptual de The Factory era narcisista y despreciaba los verdaderos problemas del mundo, aunque siempre lo encontró fascinante. Finkelstein conoció a Warhol en una fiesta y este le permitió documentar los mecanismos internos entre los años 1964 y 1967. Hizo numerosas fotografías de estudio, de The Velvet Underground, de Edie Sedgwick en el apogeo de su carrera y los encuentros que Warhol tuvo con Bob Dylan, Salvador Dalí, Allen Ginsberg o Marcel Duchamp. Además fue colaborador clave en el primer proyecto fotográfico de Warhol según este mismo afirmaba: Andy Warhol’s Index (El índice de Andy Warhol) de 1967. Finkelstein consiguió mantener cierto distanciamiento periodístico en pos de la verdad y captura muchos de los elementos icónicos de The Factory como el baño, el sofá y los habitantes, a saber, Edie, Gerard, Lou y Baby Jane.

Bob Dylan visitando The Factory en 1966
      En los sesenta The Factory ganó relevancia estética e histórica y se consolidó como referencia, lo que atrajo el interés de algunos de los fotógrafos de moda más importantes de la época: Richard Avedon o Cecil Beaton. El tríptico fotografiado por Avedon en 1969 midió originalmente unos tres metros de alto por diez de largo y presentaba a los miembros de The Factory. Este retrato es uno de los primeros trabajos realizados por Avedon con la cámara de fuelle de 7,62 x 20, 32 cm., que se convirtió en su sello de proyectos posteriores como The family (La familia) de 1976 e In the American West (En el oeste americano) de 1985. Fue compuesto justo un mes después de un tríptico similar de los Chicago Seven, un grupo de siete acusados de conspiración por protestar contra la Convención Nacional del Partido Demócrata de 1968. The Factory recurrió a la performance y a la manipulación de los medios para airear las ideas contraculturales y desafiar las normas políticas y sociales. Warhol ocupa una posición marginal en el tríptico, dirigiendo la mirada fuera de plano desde el extremo derecho de la imagen y los brazos cruzados sobre pecho.


Tríptico de Richard Avedon con el propio Warhol entre otros
      Aparte de para estos fotógrafos, Warhol posó para David McCabe, Duane Michals, Eve Arnold y Robert Mapplethorpe por nombrar a los más representativos. Esto parece indicar que Warhol prefirió dejar la documentación fotográfica de The Factory a los profesionales, lo que no quiere decir que el fundador de esta fábrica no tomase fotografías, sino que prefería utilizar tecnologías más sencillas. Sus cámaras favoritas eran la Polaroid, los fotomatones y las cámaras compactas que se ajustaban más a su ideología estética. Warhol descubrió el fotomatón en 1963 mientras realizaba para Harper’s Bazaar un reportaje titulado New faces, new forcex, new names in the Arts (Nuevos rostros, nuevas fuerzas, nuevos nombres en el arte), y poco después lo utilizaría para crear imágenes que servirían de base para sus retratos seriográficos como Ethel Scull Thrity-six times (Ethel Scull treinta y seis veces). Aunque el idilio de Warhol con los fotomatones fue corto (1963- 1966), tuvo tiempo de fotografiar a numerosos miembros de The Factory, colegas de oficio como Claes y Patty Oldenburg, galeristas como Holly Solomon y famosos como el cantante de cabaret Bobby Short. Este tipo de fotografía se asemeja a pequeñas películas o a los metrajes de la serie Screen Test.


Ethel Scull Thrity-six time
      A raíz de otro reportaje publicado en 1969, Say hello to the Dirty Half Dozen, Sierra Bandit, The American Playground and all the Superstars of the New Theatre (Decid hola a los Dirty Half Dozeb, Sierra Bandit, The American Playground y a todas las superestrellas del New Theatre), Warhol comenzó a experimentar con la cámara Kodak Instamatic. Los modelos en estas imágenes son poco convencionales ya que, aparte de la decadencia de la vanguardia estadounidense, Warhol fotografió teatro callejero pacifista, las performance nudistas y Teatro del Ridículo. Warhol se incluye a sí mismo en este grupo de pervertidos provocadores, pues añade una foto de su reflejo en un espejo de hospital cuando se recuperaba de las heridas de bala.


"Royaltone" photograph, Warhol in bed, on the telephone, at Columbus Hospital, recovering from bullet wounds inflicted por Valerie Solanas, Junio, 1968


     Y hasta aquí la entrada de hoy, aunque no será la última. Son muchos temas los que queremos tratar dentro de La fábrica, por lo que dejaremos el cine, las artes plásticas y la música para la siguiente entrada.

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