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sábado, 13 de febrero de 2016

Gala Placidia y su mausoleo

LA REINA DE LOS ROMANOS...
Y LOS BÁRBAROS


     Si alguno de los que nos leéis habéis tenido la suerte de ir a Rávena, seguro que habéis pasado por un lugar llamado Mausoleo de Gala Placidia o incluso habréis visto hoteles con ese nombre en vuestra búsqueda por internet de toda Italia. Por desgracia, las guías turísticas no se paran mucho en este tipo de detalles, también porque tendríamos que ir con la enciclopedia en la mochila. Gala Placidia fue hija de Teodosio I y sufrió en sus propias carnes el saqueo de Roma hecho por los visigodos allá por el 410. Se casó dos veces, las dos con reyes godos y quedó regente del Imperio que preparó el nacimiento de la Cristiandad Medieval.

Gala Placidia a la derecha acompañada por sus hijos Honoria y Valentiniano III. Mosaico de su mausoleo en Rávena


       PRECEDENTES EN LA VIDA DE UNA REINA

     Antes de ir con el arte vamos a contaros un poco sobre su vida y lo que le acontecía a lo que quedaba de Roma por aquel entonces. En el momento de su nacimiento, en el año 392, el Imperio Romano llevaba décadas sumido en una profunda crisis hasta el punto de que muchos de sus ciudadanos no quería seguir perteneciendo a él. Los emperadores reaccionaron de maneras muy diferentes: mayor control político y administrativos contratando más funcionarios, mayores impuestos y leyes, pero tuvieron que centrarse en una cosa que uniera a la mayor parte posible de la población: la religión. En el 313 ya Constantino se decantó por el cristianismo y los nuevos miembros de las casas imperiales tuvieron que ser la imagen visibles de la unidad y legitimidad del poder. Vamos, que somos hijos de Roma y no ha cambiado nada. El cristianismo pronto se corrompió: de ser un elemento de unidad pasó a serlo de disgregación gracias a todas las herejías que surgían en las diferentes capas de la población. Por otro lado, los bárbaros se convirtieron al cristianismo arriano y demandaban tierras, comida y dinero, convirtiéndose poco a poco en una aristocracia militar fiel, hasta cierto punto, al emperador y la emperatriz. Como veis, el germen de la Edad Media empieza a echar raíces. 

      El 31 de diciembre de 406, suevos, vándalos y alanos capitaneados por Alarico, aprovechan el Rin helado para emprender su camino hacia Roma destruyendo todo a su paso. Cuando llegaron a la capital ocuparon el Portus Augusti, el lugar que servía de almacén de los suministros de la capital, pero su intento de usurpación del trono fracasó. Desesperado, en la noche del 24 al 25 de agosto del 410 consiguió entrar al centro de Roma capturando a Gala Placidia para usarla como moneda de cambio. Alarico murió poco después de intentar ocupar Sicilia y pasar a África. Su sucesor, Ataúlfo, que buscaba un acuerdo con el emperador Honorio, contrajo matrimonio con Gala en Narbona en el año 414. Se trasladaron a Hispania, más o menos donde hoy se encuentra Barcelona, y allí tuvieron a su único hijo: Teodosio. Ataúlfo veía esto como una gran victoria, ¿por qué? Porque Honorio no tenía más descendientes y Teodosio, como único varón de la dinastía e hijo de una de las hermanas del emperador, debía ser el sucesor. Pero Ataúlfo fue asesinado en el 415 y Gala Placidia fue devuelta a Roma, aunque poco duró allí, pues se casó con Constancio, visigodo como su hermano, aquel que ostentaba el poder en Rávena. Fue allí en Rávena donde en 418 dio a luz a su hija Valentina y en 419 a su hijo Valentiniano mientras que Honorio seguía sin descendencia y mientras que los vándalos campaban por Hispania, el conflicto religioso aumentaba, surgía la herejía de Pelagio (que negaba el pecado original), etc. En estas circunstancias muere Honorio en 423.

      Vayamos a Constantinopla. Allí reinaba Teodosio II, quien vio la oportunidad de unificar los tronos de Oriente y Occidente bajo su mandato. Pero en Roma se consideró el trono vacante y surgieron numerosos usurpadores y el ejército se negaba a aceptar la autoridad de Constantinopla. Y así, Teodosio II, decidió echarse atrás y nombró emperador al hijo pequeño de Gala, Valentiniano III, que tenía por aquel entonces cuatro años. Esto fue lo que puso al mando de la parte occidental del Imperio a Gala Placidia. 



      ROMA BAJO EL MANDATO DE UNA MUJER

      El derecho romano permitía que una mujer viuda asumiera la tutela legal de sus hijos siempre y cuando no contrajese nuevo matrimonio, algo que ella sabía que no iba a pasar, tanto por ambición política como por inclinación espiritual. Se sirvió del ejército visigodo que la acompañaba desde su segundo matrimonio, pues sabía que lo necesitaría para controlar los diversos frentes abiertos por toda Europa. Pero también sabía que alguno de ellos querría suplantar a su hijo, por lo que se sirvió de varios de ellos: Félix, general de las dos milicias, Bonifacio, conde de África y Aecio, que se encargaría de restablecer el orden en la Galia junto con sus aliados los hunos. Y como era más lista que todos ellos, se encargó de mantenerlos enfrentados entre sí para que se frenaran mutuamente. Durante su regencia consiguió volver a disfrutar de los recursos africanos que Bonifacio le privó con la conquista de este territorio y que supondría la posterior muerte del Imperio de Occidente (aunque ellos no lo notaron de esa manera). Cuando su hijo Valentiniano fue mayor de edad, se casó con Licinia Eudocia, hija de Teodosio II, haciendo renacer las esperanzas de un Imperio unificado. 

   Terminada su vida política, decidió desaparecer de la vida pública y quiso consagrarse a su devoción religiosa, algo que consideraba material de política imperial. Lo que Gala Placidia no sabía era que su firmeza en favor de la ortodoxia del concilio de Nicea (325), impuesta por Teodosio I como religión oficial, y del primado del Papa de Roma, al que se sentía muy unida estaba contribuyendo a crear una nueva comunidad: la Cristiandad Medieval. A finales de noviembre de 450, Gala Placidia vivió sus últimos días en Roma en confesión con el Papa León I. Tras su muerte, el cadáver fue expuesto sobre un catafalco en el aula regia del palacio imperial. Ante él desfilaron las autoridades romanas, los miembros más ilustres de la sociedad, y luego la plebe.

       
       EL MAUSOLEO DE GALA PLACIDIA




        El Mausoleo se empezó a construir en el 425 y ser terminó en el 430 en Rávena. Como veis, es más bien un edificio pequeño, pues es una capilla auxiliar de la Basílica de la Santa Croce, sin ningún tipo de decoración en el exterior, que deja el ladrillo al descubierto y con unas ventanas muy pequeñas que serán típicas del arte medieval. Todo esto en conjunto, da un aspecto de capilla privada, pues los sarcófagos que hoy vemos son posteriores y pocos sostienen que fueran de ella y sus familiares. Antiguamente estaba unida a la basílica, pero esta unión se destruyó y ahora forma parte de la Iglesia de San Vital que está cerca, pero no justo al lado. Es llamado mausoleo pero no está de todo claro que allí se enterrara a Gala Placidia.






     El interior está totalmente decorado con mosaicos paleocristianos. Os pongo esta imagen que resume muy bien tanto su planta en forma de cruz latina que es lo que se estaba haciendo por el norte de Italia, como la temática que toma el mausoleo. En el centro la cruz que representaría a Cristo, y los evangelistas a los lados. El ciervo se ha interpretado siempre en una clave paleocristiana como un símbolo de resurrección, al igual que el Buen Pastor guiando a sus ovejas que se encuentra en toda la red de catacumbas romanas, de ahí que se viera como un mausoleo. El color de fondo es un azul oscuro que representa el firmamento que exalta a Cristo y su venida apocalíptica. El resto está decorado a base de hojas, flores, rosetas, bordados, rosetones, teselas orientales, guirnaldas de parra y estrellas. Podríamos estar describiéndoos cada una de las imágenes que hay, pero creemos que lo mejor es que disfrutéis de ellas una por una y os den ganas de visitarlo algún día.


Entrada al recinto
Temática de ciervos 

Dos palomas bebiendo

Centro de la cúpula con la cruz en referencia a Cristo y los tetramosfos (cuatro evagelistas en forma de animal)

El Buen Pastor

Pedro y Pablo señalan la cruz como símbolo de victoria

San Lorenzo que sufrió martirio asado vivo en una parrilla

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